Lo importante no es conocer toda la lista de posibles diseños, sino apelar al razonamiento lógico y a la experiencia para determinar, antes de recolectar los datos, qué información nos proporcionará un determinado método y qué relevancia y confiabilidad puede asignársele a la misma.
Por ejemplo, un estudio que se hace sobre un solo caso puede estar antecedido por toda una sección bibliográfica y recoger gran parte de los datos a través de encuestas por muestreo, si el caso que se va a investigar es una institución o comunidad que integran varios centenares de individuos; una encuesta puede ser profundizada, en algunos aspectos de primordial interés, realizando estudios de casos sobre una sub – muestra de la misma, a la vez que se podrá analizar con una secuencia tipo panel; un experimento se puede repetir a intervalos sucesivos (panel), o quizás sea necesario utilizar encuestas para medir las variables de un estudio post – facto en el campo de lo social.
Una vez seleccionado el diseño concreto que se va a utilizar en la investigación, se hace necesario poner en claro las formas específicas que éste habrá de adoptar, definiendo las operaciones concretas para llevarla a cabo. A esta actividad la denominamos reseña de procedimientos, y para realizarla es preciso detallar:
1.Las variables que se deben medir y su relación con las otras variables que intervienen.
2.Los esquemas lógicos de comprobación y la interpretación que puede dárseles a los diversos resultados posibles.
3.Los pasos necesarios para llevar a cabo el diseño de la investigación, ordenada y explícitamente.
4.Los recursos materiales y humanos necesarios.
5.Cualquier otro elemento de importancia para la demarcación de tareas: cronograma, presupuesto, lista de actividades y materiales, formas de registro, etc.
La reseña de procedimientos debe ser completada, para mayor claridad, con un esquema de presentación de la investigación, que será previo y provisional. Este esquema tiene por objeto proporcionar una visión general de cómo va a resultar, en conjunto, nuestro trabajo, lo que nos servirá de orientación acerca de sus posibles omisiones, incoherencias y contradicciones.
Debe constar, cuando existen datos que se van a procesar estadísticamente, el plan de cuadros que se presentarán y, en todos los casos, del esquema de capítulos o partes que se desarrollarán en el contenido del trabajo.
Estos esquemas son tentativos y, por lo tanto, están sujetos a una cantidad de revisiones posteriores. Lo importante no es elaborar el plan perfecto, sino poseer de antemano una guía que haga posible una actividad más organizada.
Estas tareas pueden desarrollarse antes o después de encarar la operacionalización, pero es fundamental que estén concluidas antes de abordar la recolección de datos, ya que de otro modo trabaremos a ciegas durante toda esta etapa.
El proyecto de investigación es un documento que elabora el investigador para especificar las características de la indagación que va a realizar. Generalmente va antecedido de un anteproyecto, un documento similar pero menos preciso que se elabora al comenzar la investigación, apenas se hayan definido sus características principales.
En un anteproyecto deben exponerse las características del problema, su justificación, los objetivos de la investigación y (si las hubiere) las hipótesis a verificar. En un proyecto es preciso completar mucho más la información, profundizando y definiendo mejor lo tratado en el anteproyecto y agregándole lo relativo al diseño de la investigación, así como un marco teórico que haga comprensible el sentido de lo que se proyecta.