La teoría “Y” propone un estilo de administración bastante participativo y democrático, basado en los valores humanos. McGregor recomienda una serie de ideas renovadoras y enfocadas totalmente hacia la aplicación de la teoría Y.
- Descentralización y delegación. Medios eficientes para liberar a las personas del control excesivo de algunas organizaciones tradicionales, los cuales les permiten obtener cierto grado de libertad para dirigir sus labores, adquirir responsabilidades y satisfacer las necesidades del ego.
- Ampliación del cargo y mayor significación del trabajo. La reorganización y la ampliación del cargo implican innovación, ayudan a aceptar responsabilidades en la organización, además de proporcionar oportunidades para satisfacer las necesidades sociales y de estima.
- Participación y administración consultiva. Que, bajo ciertas condiciones, impulsan a las personas a dirigir su energía creadora en dirección a los objetivos de la organización, permitiéndoles alguna participación en las decisiones que las afectan y proporcionándoles significativas oportunidades para satisfacer necesidades sociales y de estima.
- Autoevaluación del desempeño. Para McGregor, los programas tradicionales de evaluación del desempeño están enfocados hacia la concepción tradicional (teoría “X’), ya que la mayor parte de dichos programas tienden a tratar al individuo como si fuera un producto que está inspeccionándose en una línea de montaje. En algunas empresas se han hecho experimentos para que los individuos establezcan sus propias “metas” u “objetivos” y hagan una autoevaluación anual o semestral de su desempeño. El superior jerárquico ejerce un gran liderazgo en este proceso , puesto que exige mayor capacidad del administrador que el modelo tradicional. Así mismo, este papel es mucho más agradable para muchos administradores que el ‘de “juez” o “inspector”, que son forzados a representar. Además, el individuó se ve precisado a adquirir mayor responsabilidad en la planeación y evaluación de su propia contribución para conseguir los objetivos de la organización. Igualmente, son bastante notables los efectos que se producen sobre las necesidades de estima y de autorrealización.
Si ideas como éstas no producen los resultados esperados, tal vez la administración “compró” la idea, pero empleó el esquema de las concepciones tradicionales.
En la actualidad, las teorías “X” y ”Y” se ven como extremos antagónicos de uncontinuo m de concepciones intermedias. En otras palabras, entre la teoría X(autocrática, impositiva y autoritaria) y la teoría Y (democrática, consultiva y participativa) existen gradaciones continuas y sucesivas.