Los grupos desfavorecidos realizaban las labores más agotadoras del servicio doméstico; cultivaban los viñedos y campos de cereales de los poderosos e integraban los ejércitos enviados a las campañas de conquista y colonización de nuevos territorios.
Los fenicios desarrollaron la industria textil e inventaron el teñido de color púrpura, también practicaron la metalurgia para fabricar armas y lograron producir vidrio transparente; además fueron grandes copistas de muebles egipcios que vendían como originales. Instalaron factorías que funcionaban como puestos militares amurallados, ubicándolas en puertos naturales estratégicos. Las ciudades más importantes fueron Cartago, Chipre, Roma, Creta, Sicilia y Gader (Cádiz).
En la vida cotidiana, los griegos daban gran importancia a la familia; el padre era el jefe y el máximo sacerdote en las ceremonias del hogar, mediante las cuales se rendía culto a los antepasados.
Los hijos varones asistían a la escuela desde los siete años de edad; ahí aprendían a leer, escribir y a cultivar la música y la literatura. En la pubertad acudían al gimnasio para fortalecer el cuerpo; entre los 13 y 20 años cumplían el servicio militar y de este modo se convertían en ciudadanos.
Las mujeres recibían una educación de carácter doméstico y cuando contraían matrimonio cuidaban a los hijos.
Ajenos a estas costumbres, los espartanos se preparaban desde niños para servir en el ejército.
Los griegos habitaban en casas de una planta, construidas con ladrillos recocidos, el suelo era generalmente de tierra apisonada y la casa carecía de ventanas y agua corriente. Una casa típica constaba de pequeñas alcobas, comedor, sala y una cocina que daba al patio, rodeado por columnas, el cual permitía la entrada de luz solar.
Los griegos usaban una vestimenta que consistía en una túnica de lino o lana, la cual se sujetaba en los hombros; las mujeres empleaban una blusa larga. Los griegos eran partidarios de los ejercicios físicos, así manifestaban la armonía entre el cuerpo y el espíritu.
En la vida social de Roma se introdujeron algunas reformas; se condicionó el divorcio, se prohibió la vida disipada de los ricos y el lujo desmedido, se limitó el número de esclavos que podía tenerse, se premió a las familias numerosas y se revaloró el trabajo de la población.
La familia fue la institución social más importante de los romanos; el padre era la máxima autoridad en el hogar, juez y sacerdote; su voluntad era ley. La madre realizaba dos tareas principales: educar a los hijos y dirigir las labores domésticas.
Los patricios habitaban en grandes mansiones con bellos jardines y patios interiores. El pueblo, en cambio, vivía en pequeñas e incómodas construcciones, edificadas con materiales de escasa calidad, que exponían a sus moradores a derrumbes e incendios.
Los ricos esclavistas gozaban de espléndidas comidas, y fiestas; los campesinos pobres recorrían las calles pidiendo pan. Para calmar el descontento popular, el gobierno repartía alimentos y organizaba espectáculos; de ahí la famosa expresión: “al pueblo, pan y circo”.