Con Babbage, la mentalidad científica se introdujo en la administración del sistema productivo. Se pasó a la sistematización de las actividades, pero es el ingeniero estadunidense Frederick Winslow Taylor (1856-1915) a quien se reconoce como padre de la organización científica del trabajo.
Sus observaciones e investigaciones se concentraron en la estructura organizacional de los talleres y de los métodos de trabajo.
Según él, la mala organización de los talleres y la deficiencia de los métodos de trabajo explicaba la baja productividad.
Taylor propuso entonces reemplazar la organización jerárquica por la organización funcional, respetando los siguientes principios:
1. Todo trabajo intelectual deberá ser excluido del taller y deberá concentrar-se en el servicio de repartición de los trabajos; ello significa que los obreros se verán completamente excluidos del trabajo de organización así como de todo trabajo de oficina.
2. La especialización deberá ser la base de la repartición de trabajos. Por tanto, dichos trabajos podrán ser ejecutados en forma racional y eficaz por obreros especializados en el funcionamiento de cada operación.
La segunda gran fase de los trabajos de Taylor se relaciona con la organización científica del trabajo. Sus ideas pueden resumirse en tres puntos:
1. Utilizar el análisis de los métodos de trabajo y el estudio de tiempos a fin de descubrir el método más eficaz para un trabajo determinado. La selección científica, el adiestramiento y el perfeccionamiento de los trabajadores son aspectos esenciales para el aumento de la productividad.
2. Motivar y recompensar a los obreros con mejores salarios por todo aumento de la productividad.
3. Mejorar las condiciones físicas de trabajo y desarrollar un clima de cooperación entre patrones y trabajadores.
Henry Gantt, colaborador de Taylor, compartía las ideas de éste, pero daba más importancia al hombre que al trabajo. La «gráfica d e Gantt» constituye una de sus aportaciones más conocidas; es ésta una herramienta de planificación y control de los trabajos.
Después de la Primera Guerra Mundial se dio prioridad al desarrollo de los métodos cuantitativos, y a su aplicación a la solución de los problemas operacionales.
Así, F. W. Harris desarrolló el primer modelo matemático para la administración de los inventarios. Este modelo se conoce con el nombre de «lote económico».
El aumento de la productividad que se observó durante este periodo puede atribuirse a la evolución tecnológica y a la aplicación de los principios de administración industrial promulgados por Babbage, Taylor, Gantt, Harris y Gilbreth.
Fuente: Apuntes de Introducción de Sistemas de Producción de la Unideg