Introudcción
Se denomina creacionismo al conjunto de creencias, inspiradas en doctrinas religiosas, según las cuales la Tierra y cada ser vivo que existe actualmente provienen de un acto de creación por uno o varios seres divinos, cuyo acto de creación fue llevado a cabo de acuerdo con un propósito divino. La creación de Adán, fresco de 1511 de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. Por extensión a esa definición, el adjetivo «creacionista» se ha aplicado a cualquier opinión o doctrina filosófica o religiosa que defienda una explicación del origen del mundo basada en uno o más actos de creación por un dios personal, como lo hacen, por ejemplo, las religiones del Libro.
Por ello, igualmente se denomina creacionismo a los movimientos pseudocientíficos y religiosos que militan en contra del hecho evolutivo. El creacionismo se destaca principalmente por los «movimientos antievolucionistas», tales como el diseño inteligente, cuyos partidarios buscan obstaculizar o impedir la enseñanza de la evolución biológica en las escuelas y universidades. Según estos movimientos creacionistas, los contenidos educativos sobre biología evolutiva han de sustituirse, o al menos contrarrestarse, con sus creencias y mitos religiosos o con la creación de los seres vivos por parte de un ser inteligente.
En contraste con esta posición, la comunidad científica sostiene la conveniencia de diferenciar entre lo natural y lo sobrenatural, de forma que no se obstaculice el desarrollo de aquellos elementos que hacen al bienestar de los seres humanos. Las cosmogonías y mitos de carácter creacionista han estado y permanecen presentes en muy distintos sistemas de creencias, tanto monoteístas, como politeístas o animistas. El movimiento creacionista políticamente más activo y conocido es de origen cristiano protestante y está implantado, principalmente, en los Estados Unidos.
Características generales
Se denomina creacionismo a la creencia, inspirada en dogmas religiosos, que dicta que la Tierra y cada ser vivo que existe actualmente proviene de un acto de creación por un ser divino, habiendo sido creados ellos de acuerdo con un propósito divino. El creacionismo se destaca principalmente por los «movimientos antievolucionistas», tales como el diseño inteligente, cuyo principal objetivo es obstaculizar o impedir la enseñanza de la evolución biológica en las escuelas y universidades. El movimiento creacionista políticamente más activo y conocido es de origen cristiano protestante. Como el creacionismo es una ideología independiente, según esta ideología, la Tierra es joven y no tiene más de seis mil años de antigüedad. Teoría biológica según la cual las especies vivientes han sido siempre las mismas y no han sufrido evolución alguna desde su creación. Movimiento literario hispanoamericano iniciado por el poeta chileno Vicente Huidobro, defensor de la necesidad de crear poemas del mismo modo que la naturaleza crea árboles.
Relación con el evolucionismo
Creacionismo clásico: Los creacionistas clásicos niegan la teoría de la evolución biológica y, especialmente, lo referido a la evolución humana, además de las explicaciones científicas sobre el origen de la vida. Por esto rechazan todas las pruebas científicas (fósiles, geológicas, genéticas, etc.). En el creacionismo clásico de origen cristiano se hace una interpretación literal de la Biblia y se sostiene la creación del mundo, los seres vivos y el cataclismo del Diluvio Universal tal como está descrito en el Génesis, sin pretender concretar de manera científica el origen de las especies.
Creacionismo contemporáneo
Creacionismo antievolución actual: A diferencia del creacionismo clásico, en el creacionismo más reciente se trata de utilizar igualmente fundamentos de carácter no religioso a partir de descubrimientos o conocimientos de disciplinas pertenecientes a las ciencias naturales, que se tratan de presentar como si fueran pruebas científicas contra la teoría de la evolución. Se habla así de creacionismo «científico», nombre que le dan sus partidarios. Sin embargo, a diferencia de las ciencias naturales, en este tipo de creacionismo no se sigue el método científico y no se producen hipótesis falsables.
Debido a estos hechos, el creacionismo científico no logra reunir totalmente en ninguna de sus formas las características de una teoría científica, y por ello la comunidad científica relacionada con el tema lo describe sólo como una proposición pseudocientífica. Por otra parte, este tipo de creacionismo contemporáneo trata de desdibujar la distinción entre hecho evolutivo (parentesco y transformación de las especies a lo largo del tiempo) y teoría de la evolución (síntesis evolutiva moderna o «neodarwinismo»), englobándolo todo con el término «evolución», «evolucionismo» o «darwinismo», y descalificándolo como «una simple teoría» (jugando con el doble significado de la palabra teoría en el habla común y en las ciencias naturales. Así intenta negar el hecho de que la teoría de la evolución es considerada una de las más grandes y sólidas teorías científicas actuales, que describe un hecho sobre el que no existen pruebas o evidencias científicas que lo refuten.
Diseño inteligente
Otra forma más sutil de este tipo de creacionismo es el diseño inteligente, movimiento que no suele hacer explícita su motivación religiosa. Su principal actividad consiste en negar en mayor o menor medida la validez e importancia de las explicaciones evolutivas sobre el origen de las estructuras biológicas, para concluir que es necesaria su creación por intervención directa de un ser inteligente. El diseño inteligente es presentado por sus seguidores como una alternativa al neodarwinismo pero, al no formular hipótesis contrastables, no cumple los requisitos del método científico y es considerado una forma de pseudociencia.
Creacionismo pro-evolución
Las formas de creacionismo nombradas anteriormente son consideradas formas de «creacionismos anti-evolución» porque requieren la intervención directa de un creador. Además de este tipo de creacionismo, existe el «creacionismo pro-evolución» expresado en el creacionismo evolutivo y en una postura filosófica llamada evolución teísta; el creacionismo pro-evolución cree en la existencia de un creador y un propósito, pero sí acepta que los seres vivos se han formado a través de un proceso de evolución natural. Esta forma de creacionismo no interfiere con la práctica de la ciencia, ni es presentada como una alternativa al neodarwinismo, sino como un complemento filosófico o religioso a la teoría de la evolución.
Ideas de fijistas creacionismo
Las ideas evolucionistas suscitaron agrias polémicas no sólo en los círculos científicos, sino también en el ámbito de la Iglesia, pues atentaban contra los postulados del creacionismo, según el cual Dios era el supremo hacedor de todas las especies vivientes, que según la postura fijista, habrían permanecido inmutables desde su creación. El fijismo o creacionismo establecía que cada especie ocupaba un sitio inamovible, y los seres vivos eran distintos porque habían sido creados distintos, sin relaciones de parentesco. El descubrimiento y estudio de los restos fósiles desempeñó un papel decisivo en el desarrollo de las concepciones evolucionistas frente a la tesis catastrofistas, que intentaban explicarla existencia de restos de organismos extinguidos como resultado de catástrofes naturales que habrían provocado la desaparición de los primeros seres creados por Dios, tras lo que se sucedieron nuevas creaciones.
A lo largo del siglo XIX, la comunidad científica asistió al enfrentamiento, en ocasiones enconado, entre los defensores y detractores de las teorías evolucionistas, que transcendió el ámbito de la mera especulación científica y suscitó furibundos ataques por parte de los estamentos eclesiásticos, para los que la idea de la evolución representaba una grave amenaza a las creencias más profundamente arraigadas de la religión cristiana. El texto principal que defiende el creacionismo, es el génesis, de la Biblia, el texto sagrado de los cristianos.
Fuentes: es.wikipedia.org / creacionismona.blogspot.com / html.rincondelvago.com