El origen de la tierra

Introducción

En las ciencias de la naturaleza, la cuestión del origen de la vida consiste en un estudio especializado en el que se establece la teoría de que la vida evolucionó de la materia inerte en algún momento entre 3.900 y 3.500 millones de años atrás.

Los estudios sobre el origen de la vida constituyen un campo limitado de investigación, a pesar de su profundo impacto en la biología y la comprensión humana del mundo natural. Los progresos en esta área son generalmente lentos y esporádicos, aunque aún atraen la atención de muchos dada la importancia de la cuestión que se investiga.

Existe una serie de observaciones que apuntan las condiciones fisicoquímicas en las cuales pudo emerger la vida, pero todavía no se tiene un cuadro razonablemente completo acerca de cómo pudo ser este origen. Estas explicaciones no pretenden discernir sobre aspectos religiosos que examinan el papel de la voluntad divina en el origen de la vida (creacionismo), ni sobre aspectos metafísicos que ilustren acerca las causas primigenias.

Aspecto de la tierra

La tierra que hoy conocemos tiene un aspecto muy distinto del que tenía poco después de su nacimiento, hace unos 4.500 millones de años. Entonces era un amasijo de rocas conglomeradas cuyo interior se calentó y fundió todo el planeta. Con el tiempo la corteza se secó y se volvió sólida. En las partes más bajas se acumuló el agua mientras que, por encima de la corteza terrestre, se formaba una capa de gases, la atmósfera.

Teoría Nebular

En la actualidad, la más aceptada es la Teoría Nebular, también llamada planetesimal.

Esta teoría plantea el origen del Sistema Solar a partir de una nebulosa originada de una explosión supernova. Sus partículas giraban formando un gigantesco disco. En el centro se fueron acumulando las más pesadas; las más ligeras se desplazaron hacia el exterior.

Toda materia giraba en torno al centro, donde se formó el Sol. Se producían choques y fusiones que generaron estructuras mayores, denominadas planetésimos, que también giraban, chocaban y se fusionaban, formando grandes rocas que fueron el origen de los planetas, satélites y meteoritos de Sistema Solar. Esto ocurrió hace 4.500 millones de años.

Los experimentos de Miller

Los experimentos, que comenzaron en 1953, fueron llevados a cabo por Stanley Miller, bajo condiciones simuladas que recordaban aquellas que se pensaba que habían existido poco después de que la Tierra comenzara su acreción a partir de la nebulosa solar primordial. Los experimentos se llamaron “experimentos de Miller”.

El experimento original de 1953 fue realizado por Miller cuando era estudiante de licenciatura y su profesor Harold Urey. El experimento usaba una mezcla altamente reducida de gases (metano, amoniaco e hidrógeno). No obstante la composición de la atmósfera terrestre prebiótica aún resulta materia de debate. Otros gases menos reductores proporcionan una producción y variedad menores. En un momento se pensó que cantidades apreciables de oxígeno molecular estaban presentes en la atmósfera prebiótica, que habrían impedido esencialmente la formación de moléculas orgánicas. No obstante, el consenso científico actual es que este no era el caso.

El experimento mostraba que algunos de los monómeros orgánicos básicos (como los aminoácidos) que forman los ladrillos de los polímeros de la vida moderna se pueden formar espontáneamente. Las moléculas orgánicas más simples están lejos de lo que es una vida autorreplicante completamente funcional. Pero en un ambiente sin vida preexistente estas moléculas se podrían haber acumulado y proporcionado un ambiente rico para la evolución química (“teoría de la sopa”).

Teoría de la acreción

La teoría de la acreción explica que los planetas se crearon de manera al tamaño mediante la acumulación de polvo cósmico. La tierra después de estratificarse un núcleo, manto y corteza por el proceso de acreción, fue bombardeada en forma masiva por meteorito y restos de asteroides.

Este proceso generó un inmenso calor interior que fundió el polvo cósmico que, de acuerdo con los geólogos, provoco la erupción de los volcanes.

Su manera de posibilidad de que al formarse la corteza tenia una elevada temperatura por lo que se encontraba fundida y era semilíquida. Pero al enfriarse permitió que el vapor de agua – que por vulcanismo procedía de su interior. Se condensara y empezara a formar los océano junto con el agua de la s torrenciales lluvias.

La emanación de los gases de su interior posiblemente originó una atmósfera secundaria compuesta por metano (CH4), amoniaco (NH), bióxido de carbono (CO2) monóxido de carbono (CO), ácido sulfhídrico (SH2), vapor de agua (H2O) e hidrógeno(H2).