Historia de la región mediterránea
Mesopotamia (del griego: ???????????, meso-potamía, ‘entre ríos’, traducción del antiguo persa Miyanrudan, ‘la tierra entre ríos’, o del arameo beth nahrin, ‘entre dos ríos’) es el nombre por el cual se conoce a la zona del Oriente Próximo ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates, si bien se extiende a las zonas fértiles contiguas a la franja entre los dos ríos, y que coincide aproximadamente con las áreas no desérticas del actual Irak.
Primeras civilizaciones
Algunos pueblos sedentarios tuvieron una gran evolución alrededor del año 5000 a. de C.. Uno de los avances más importantes es la invención de la escritura. Esta permitió contar a la gente lo que estaba pasando en su época y hoy, al leer lo que escribieron, tenemos alguna seguridad sobre lo que sucedió en el pasado.
Así, por la escritura, termina la Prehistoria y comienza la Historia. No obstante, esta división no es del todo cierta. En la Prehistoria se hacían dibujos en las cavernas que mostraban escenas de la vida diaria y que conocemos con el nombre de pinturas rupestres. Esto también es escritura.
La historia inicio en la zona conocida con el nombre de Cercano Oriente, lugar donde se unen los continentes de África, Asia y Europa. En el planisferio de abajo tenemos señalada la zona a estudiar y, más abajo, la misma pero ampliada.
Lo que hoy se sabe sobre la vida de las primeras civilizaciones es bastante gracias a los estudios de los arqueólogos y a los escritos encontrados pero no es algo definitivo. Todo puede cambiar de acuerdo a los descubrimientos que se realicen en el futuro. También debemos tener en cuenta que es posible que hayan existido civilizaciones antes del diluvio que se produjo hace unos 12.000 años.
Este tema está siendo estudiado con la ayuda de satélites, computadoras y toda la tecnología moderna que te puedas imaginar; es por ello que cada vez más seguido escuchamos hablar de la Atlántida, continente hundido que estaba en el actual Océano Atlántico donde se habría desarrollado una cultura muy avanzada al igual que en Nazca (en Perú); ambas, al parecer, fueron destruidas por el diluvio. Pero, por lo que se sabe, no son las únicas. También hubo culturas prediluvianas en Asia.
Antiguo Egipto
La riqueza que aportaba el fértil limo tras las inundaciones anuales del río Nilo, junto a la ausencia de poderosos pueblos por su aislamiento, debido a que el valle del Nilo está situado entre dos amplias zonas desérticas, permitieron el desarrollo de una de las primeras y más deslumbrantes civilizaciones en la historia de la humanidad.
Los primeros pobladores de Egipto, alcanzaron las riberas del Nilo, por entonces un conglomerado de marismas y foco de paludismo, escapando de la desertización del Sahara. Las primeras comunidades hicieron habitable el país, y se estructuraron en regiones llamadas nomos.
Pasado el tiempo y tras épocas de acuerdos y disputas los nomos se agruparon en dos proto-naciones, denominadas el Alto y el Bajo Egipto alrededor del año 4000 a. C.. Egipto se unifica alrededor del año 3100 a. C., desde el faraón Menes (Narmer en su nombre egipcio).
La historia del Antiguo Egipto se divide en tres imperios con periodos intermedios de conflictos internos y dominación por gobernantes extranjeros. El Imperio Antiguo se caracterizó por el florecimiento de las artes y la construcción de inmensas pirámides.
Durante el Imperio Medio (2050-1800 a. C.), tras una etapa de descentralización, Egipto conoció un período de esplendor en su economía. En el Imperio Nuevo (1567-1085 a. C.) la monarquía egipcia alcanzó su edad dorada conquistando a los pueblos vecinos y expandiendo sus dominios bajo la dirección de los faraones de la dinastía XVIII.
La última dinastía fue derrocada por los persas en el año 341 a. C., quienes a su vez fueron reemplazados por gobernantes griegos y romanos, periodo que comenzó hacia el año 30 a. C. como resultado de la derrota de Marco Antonio en la batalla de Actium, que trajo siete siglos de paz relativa y estabilidad económica. Desde mediados del siglo IV, Egipto formó parte del Imperio Oriental, que se convirtió en el Imperio bizantino.
Generalidades de Mesopotamia
En el interior de Mesopotamia, la agricultura y la ganadería se impusieron entre el 6000 y el 5000 a. C., suponiendo la entrada de lleno al Neolítico.1 Durante este período, las nuevas técnicas de producción que se habían desarrollado en el área neolítica inicial se expandieron por las regiones de desarrollo más tardío, entre ellas la Mesopotamia interior.
Este hecho conllevó el desarrollo de las ciudades. Algunas de las primeras fueron Buqras, Umm Dabaghiyah y Yarim y, más tardíamente, Tell es-Sawwan y Choga Mami, que formaron la llamada cultura Umm Dabaghiyah.
Posteriormente ésta fue sustituida por las culturas de Hassuna-Samarra, entre el 5600 y el 5000 a. C., y por la cultura Halaf entre el 5600 y el 4000 a. C. (Halaf tardío).
Aproximadamente en el 3000 a. C., apareció la escritura, en aquella época utilizada solo para llevar las cuentas administrativas de la comunidad. Los primeros escritos que se han hallado están escritos sobre arcilla (muy frecuente en aquella zona) con unos dibujos formados por líneas (pictogramas).
La civilización urbana siguió avanzando durante el período de El Obeid3 (5000 a. C.–3700 a. C.) con avances en las técnicas cerámicas y de regadío y la construcción de los primeros templos urbanos.
Tras El Obeid, se sucede el Período de Uruk, en el cual la civilización urbana se asentó definitivamente con enormes avances técnicos como la rueda y el cálculo, realizado mediante anotaciones en tablillas de barro y que evolucionaría hacia las primeras formas de escritura.
La vida de los fenicios
Su territorio ocupaba una franja de 200 kilómetros de largo por 30 kilómetros de ancho, entre el mar Mediterráneo y los montes del Líbano.
Tuvieron importancia entre el 2900 a. de C. y el 332 a. de C., año en que fueron conquistados por Alejandro Magno (Alejandro el Grande) aunque ya hacía tiempo que no eran independientes del todo.
Se organizaron en Ciudades-Estados (cada ciudad era independiente de las otras), tres de las cuales predominaron según la época: Biblos (2900 a 1600 a. de C.), Sidón (1600 a 1100 a. de C.) y Tiro (1100 a 700 a. de C.), que fue conquistada por los mesopotámicos.
Los fenicios buscaron su salida por el mar. Desarrollaron la navegación construyendo buenos barcos con la madera de cedro que tanto abundaba. Al principio se dedicaron a la pesca pero sus viajes los llevaron a conocer otros pueblos y sus culturas. Comprobaron que cada civilización hace cosas diferentes y aprovecharon esto para comerciarlas por todo el mar Mediterráneo y también por tierra con los pueblos de la mesopotamia.
Las industrias que ejercieron fueron la joyería, la metalurgia, textil, tintorera (teñían telas), fabricaron vidrio, adornos y estatuillas religiosas para diversos pueblos.
Los hebreos
En sus orígenes eran pastores nómades del desierto de Arabia. Luego se trasladaron a la región de Ur, en la mesopotamia. Se organizaban en pequeños grupos de familias al mando de un jefe o Patriarca que poseía una autoridad absoluta.
Para conocer a este pueblo debemos referirnos a “La Biblia”, libro que contiene las narraciones tradicionales que fueron contadas de padres a hijos a través del tiempo. En la actualidad “La Biblia” contiene 2 partes:
El Antiguo Testamento, que tiene una versión sobre la historia del mundo y del pueblo hebreo desde su creación hasta antes del nacimiento de Jesús.
El Nuevo Testamento, que cuenta la vida de Jesús y fue escrito unos años después de su muerte.
1º Período: Los Patriarcas: De acuerdo al Antiguo Testamento el Patriarca Abraham, que vivió unos 1900 años a. de C., por mandato de Dios, reunió a su pueblo y marchó desde Ur a Egipto buscando la “tierra prometida”.
2º Período: Los Jueces: Moisés murió antes de entrar en Canaán, la “tierra prometida”. Josué guió al pueblo en su conquista ya que estaba ocupada por otros pueblos. Los hebreos lograron tomar posesión en el siglo XII a. de C. conducida cada tribu por un jefe militar y religioso llamado Juez. Adoptaron la forma de vida sedentaria formando pueblos y ciudades.
3º Período: Los Reyes: Samuel, el último Juez, logró unir a las 12 tribus para lograr una mayor resistencia frente a los otros pueblos. Los hebreos nombran un Rey como autoridad máxima. Se dedicaron al comercio compitiendo con los fenicios. Pero en sus últimos años de reinado elevó los impuestos creando descontento en el pueblo además de ciertas formas de vida que llevaba no apropiadas para el Rey de los hebreos.
4º Período: Crisis, cisma o división: Roboam, hijo de Salomón, no accedió a bajar los impuestos y 10 tribus se separaron formando el Reino de Israel con capital en la ciudad de Samaria (932 a. de C.). Jerusalén fue la capital del Reino de Judea formado por las 2 tribus restantes. Los hebreos divididos se debilitaron. Israel fue conquistado por los mesopotámicos en el año 722 a. de C. y, en el 587 a. de C., cayó Jerusalén en manos de los caldeos que tomaron prisionera a la mayoría de la población llevándola cautiva a la ciudad de Babilonia.