Un jabón es una sustancia con dos partes, una de ellas llamada lipófila (o hidrófoba), se une a las gotitas de grasa y la otra, denominada hidrófila, se une al agua. De esta manera se consigue disolver la grasa en agua.
Agente tensoactivo o surfactante: Es el componente que realiza un papel similar al del jabón. Facilita la tarea del agua al conseguir que esta moje mejor los tejidos. Separa la suciedad de los tejidos e impide que esta se deposite de nuevo.
Hay varios tipos:
– Aniónicos: son los más utilizados a nivel doméstico.
– Catiónicos: tienen propiedades desinfectantes, aunque no lavan tan bien.
– No-Iónicos: empleados con frecuencia para vajillas, no forman mucha espuma.
– Anfotéricos: utilizados en champús y cremas para usar sobre la piel.
Agentes coadyuvantes: Ayudan al agente tensoactivo en su labor
– Polifosfatos: ablandan el agua y permiten lavar en aguas duras.
– Silicatos solubles: ablandan el agua, dificultan la oxidación sustancias como el acero inoxidable o el aluminio.
– Carbonatos: ablandan el agua.
– Perboratos: blanquea manchas obstinadas.
Agentes auxiliares:
– Sulfato de sodio: evita que el polvo se apelmace facilitando su manejo.
– Sustancias fluorescentes: absorben luz ultravioleta y emiten luz visible azul. Contrarresta la tendencia natural de la ropa a ponerse amarilla.
– Enzimas: rompen las moléculas de proteína , eliminando manchas de restos orgánicos como leche, sangre, etc.
– Carboximetilcelulosa: es absorbida por los tejidos e impide, por repulsión eléctrica, que el polvo se adhiera a los mismos.
Estabilizadores de espuma
Colorantes
Perfumes