Introducción
Una pregunta que considero aparecerá invariablemente en todas y cada una de las personas que inician el estudio del Derecho Fiscal es la siguiente. ¿Cuándo aparecen los impuestos o tributos? La respuesta obviamente debería ser que con el hombre mismo pues es fácilmente palpable la tendencia que ha seguido la humanidad en cuanto a la conocida “Ley del más fuerte”; es decir que siempre el poderoso ha aprovechado tal posición para que el débil en la mayoría de los casos le aporte tributos; lo anterior plantea rápidamente que por tanto los tributos hacen su aparición de una manera anárquica, caprichosa y en algunos casos incluso de tipo humillante.
Las necesidades
Para comprender lo anterior cabe agregar que una de las necesidades más fuertes del hombre y que en cierta forma compagina con la teoría de Maslów, es la necesidad de considerar que existe un “ser superior” o “Dios”; de ahí que el ser humano haya dado un valor relevante a la religión, sin embargo esta situación ha motivado que en ciertos momentos el poderoso se valga de ello para sacar buen provecho personal.
El fenómeno religioso ha sido aprovechado a tal modo que en la antigüedad se hacía prácticamente imposible la defraudación de tributos ya que se consideraba que si alguien no cumplía con su deber de pagar, pesarían sobre él calamidades que iban desde enfermedades, demonios, hasta la muerte misma.
Los tributos
Así pues desde antes de la aparición de la civilización han existido los tributos. Allá en las primeras civilizaciones como la egipcia ya existían los tributos para el faraón. En esta época también hace su aparición la más antigua forma de. tributar: “el trabajo personal”; tal es el caso de la construcción de la pirámide del Rey Keops, que según la Historia ata de 2500 años antes de Cristo, y para la cual se requirieron más de 200,000 brazos humanos para transportar los pesados bloques ya que algunos llegan a rebasar las 300 toneladas.
En el pueblo egipcio se tenía una organización que legó al mundo moderno experiencias valiosas; por ejemplo, los egipcios ya manejaban un control de declaraciones de impuestos sobre frutos y animales, lo cual se ha podido conocer a través de los trabajos de antropología verificados en las famosas construcciones de este pueblo. Los egipcios demostraron su control fiscal, al operar con recibos el cobro de los tributos.
Dichos recibos consistían en piezas de cerámica que servían como comprobante de pago de determinados tributos. En los tiempos memoriales el “poderoso” manejó la guerra como forma de dominar a los demás pueblos; de éstos se deriva que los triunfadores en lucha procuraban, una vez concluida la batalla, erigir construcciones o monumentos en los cuales se hacía la mención a los tributos que los vencidos deberían de pagar a los victoriosos. Se conoce que los pagadores de los impuestos o tributos al pagar en algunas culturas debían incluso arrodillarse y pedir gracia.
Roma y los impuestos
Un pueblo tan conocido mundialmente lo es el romano, que ha brindado notables aportaciones al Derecho Moderno, pues aún en nuestros días se conservan efectos jurídicos que operaban en el Derecho Romano de antaño.
Dentro del campo tributario, el pueblo romano, como experiencia a las nuevas civilizaciones, nos deja las aportaciones de sus emperadores tales como Augusto, que en el tiempo que manejó los destinos del Imperio estableció el impuesto del uno por ciento sobre los negocios globales. Tito como emperador del Imperio Romano también decretó el cobro de impuestos por el uso de los urinarios públicos.
Existía pues en el imperio romano desde una organización bien fundada en el campo tributario hasta la tiranía de sus emperadores como es el caso de Tito, con un impuesto humillante como el citado de urinarios públicos.
Datos históricos de otros pueblos y personajes
Por ejemplo en la historia de los impuestos, también hace su aparición el pueblo azteca, quien con sus soberanos exigían aparte de los productos tan codiciados en ese tiempo como los cigarros, animales tales como águilas, y bolas de caucho, cierto número de mancebos a los cuales por motivos religiosos se les sacrificaba arrancándoles el corazón.
El pueblo azteca determinó la importancia de la recaudación de los tributos y por ello estableció un sistema a través de los “Calpixquis” quienes eran identificados en la gran Tenochtitlan por portar en una de las manos respectivamente una vara y un abanico. El pueblo azteca podríamos decir marca la pauta para lo que en nuestros días se conoce como impuestos ordinarios y extraordinarios, pues ellos manejaban impuestos normales y los famosos impuestos de guerra o para celebridades religiosas.
Como dato histórico del pueblo azteca puede citarse que básicamente sus tributos fueron desarrollados en especie y posteriormente. Canjeados por el tributo en dinero o monedas con la llegada de los conquistadores españoles.
Dentro de la evolución tributaria un pueblo, como el chino también aparece en escena cuando varias de sus personalidades más notables de la filosofía oriental, como es el caso de Confucio, participa como inspector de la Hacienda del príncipe Dschau en el año de 531 a.C.; por su parte también Lao Tse hace referencia a la cuestión tributaria cuando afirmaba “un pueblo no se puede dirigir bien, cuando es agobiado por las excesivas cargas”.
Recorriendo América al ubicarnos en la región de los incas encontramos precisamente que en el Perú florecieron los que se conocen como los primeros asesores fiscales, los “QUIPO CAMAYOS”, que tomaban tal nombre del “QUIPO”, que significa nudo; estos personajes, orientaban a los que debían pagar tributos y para ello se ayudaban por unas varas en las cuales pendían cuerdas con nudos de varios colores que representaban los tributos que se pagaban.