La segmentación de mercado cobra importancia en función de la diferenciación y la mensurabilidad de un grupo de clientes específico, toda vez que el mercado no es total ni homogéneo. Por lo tanto, no es posible abarcar todos los grupos ni satisfacer todas sus necesidades.
Segmentar, en sentido estricto, significa dividir el mercado en grupos de clientes potenciales que compartan características afines entre sí.
De igual forma, que compartan aquellos factores de carácter funcional, psicológico y social que influyen en la demanda de un producto.
Existen distintas bases sobre las cuales es posible fijar los criterios de una buena segmentación, sin embargo, en el plano más amplio, los mercados se dividen en 2 grandes segmentos: consumidores finales y usuarios empresariales (tal como se había señalado).