La política monetaria y crediticia forma parte de la política económica general y financiera en particular, y esta constituida por el conjunto de medidas e instrumentos que aplica el Estado con el objeto de regular y controlar el sistema monetario y crediticio de un país.
El catedrático de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Silvestre Méndez expresa que “la política monetaria y crediticia opera específicamente a través de los siguientes factores: la oferta de crédito en relación a su demanda; el precio del crédito; el volumen del dinero, y la liquidez general de la economía. Tales factores tendrán una importancia variable según sea la estructura económica y financiera de un país, de la cual dependerá también la efectividad de los controles monetarios”.
Los aspectos que comprende la política monetaria son los siguientes:
– La oferta monetaria o volumen de dinero. El tipo de cambio.
– El tipo de interés bancario. El volumen del crédito.
– El costo del dinero.
– La capacidad de pago del dinero.
Los principales instrumentos de la política monetaria y crediticia son:
– Política de redescuento.
– Operaciones de mercado abierto.
– Depósito o encaje de los bancos comerciales.
– Coeficiente de liquidez de la banca comercial.
– Controles selectivos y directos del crédito.
– Desarrollo de los mercados monetarios.
– Emisión primaria de dinero por el banco central. Expansión o contracción del crédito.
– Colocación de bonos y títulos gubernamentales.
– Instrumentos cambiarios como la devaluación, la flotación, los tipos de cambio múltiples.
– Modificación de las tasas de interés, etcétera.
Las instituciones encargadas de la política monetaria en nuestro país son la Secretaria de Hacienda y Crédito Publico; el Banco de México; la Comisión Nacional Bancaria y de Valores; la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas y la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro.
El Banco de México es el banco central de nuestro país; fue fundado por ley el 28 de agosto de 1925 y ha sufrido diversas modificaciones legales en 1931, 1932, 1936, 1938, 1939 y la Nueva Ley Orgánica del Banco de México del 1 de enero de 1985.
Entre los principales objetivos del Banco de México destacan los siguientes:
– Proveer a la economía del país de moneda nacional.
– Procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda. Promover el sano desarrolló del sistema financiero.
– Propiciar el buen funcionamiento de los sistemas de pagos.
Para cumplir con sus objetivos, el Banco de México realiza las siguientes funciones:
1. Regular la emisión y circulación de la moneda, los cambios, la intermediación y los servicios financieros, así como los sistemas de pagos.
2. Operar con las instituciones de crédito como banco de reserva y acreditante de última instancia.
3. Prestar servicios de tesorería al gobierno federal y actuar como agente financiero del mismo.
4. Fungir como asesor del gobierno federal en materia económica y, particularmente, financiera.
5. Participar en el Fondo Monetario Internacional y en otros organismos de cooperación financiera internacional o que agrupen bancos centrales.
6. Operar con los organismos a que se refiere la fracción anterior, con bancos centrales y con otras personas morales extranjeras, que ejerzan funciones de autoridad en materia financiera.
Los objetivos de la política monetaria y crediticia de hecho son los mismos que los de la política fiscal y de la política financiera, y se refieren en última instancia a colaborar con el fin de lograr el desarrollo económico del país
Sin embargo, los objetivos específicos de la política monetaria y crediticia son los siguientes:
La estabilización de la moneda, que consiste en mantener un valor constante de la unidad monetaria con el objeto de que no sufra fluctuaciones o depreciaciones en relación con otra u otras monedas extranjeras.
Regular la cantidad de dinero en circulación de acuerdo con las necesidades del sistema económico, de manera que no haya exceso monetario o insuficiencia de recursos monetarios: es decir, buscar la estabilidad interna de precios mediante un adecuado manejo de la oferta monetaria y crediticia.
Prácticamente es muy difícil lograr la estabilidad de precios, por lo que se ha recurrido a mantener a un nivel más o menos constante la cantidad de dinero en circulación y por tanto de los gastos de las unidades económicas.
Buscar que el sistema económico tenga más y mejores medios de pago, de acuerdo con las necesidades de las actividades económicas y sin provocar inflación.
Actuar sobre la demanda monetaria y crediticia con el objeto de aumentarla o restringirla, de manera que se influya en la actividad total de la economía mediante el control de la demanda efectiva que de hecho mueve todo el sistema productivo y distributivo del país.
En síntesis, los objetivos de política monetaria deben coadyuvar al proceso de desarrollo de la economía mediante la aplicación de mecanismos e instrumentos acordes con las necesidades del sector productivo y distributivo de la economía. Nunca se subordinaran los objetivos de política económica general a simples objetivos monetarios, pues la estructura monetaria de un país debe contribuir al desarrollo económico y no obstaculizarlo como sucede frecuentemente en los países capitalistas.
En la vida cotidiana de las personas, familias, empresas y entidades gubernamentales, la política monetaria se concentra y tiene sentido con el uso del dinero.
En este contexto el dinero es un activo financiero fundamental en todas las economías modernas. Sin él, todas las transacciones tendrían que hacerse por medio del trueque. El trueque resulta sumamente ineficaz, no solo porque exige una coincidencia mutua de necesidades, sino también porque debe fijarse el precio de cada bien en términos de todos los demás. La existencia del dinero elimina la necesidad del trueque al cumplir las funciones de medio de cambio y unidad de cuenta. El dinero también sirve, en ciertas circunstancias, como reserva de valor.
Hasta hace pocas décadas, en la mayoría de los países la oferta de dinero estaba determinada principalmente por la oferta de mercancías tales como el oro o la plata. Cuando se usaba papel moneda, éste normalmente era convertible en algún metal precioso a una paridad fija. Esto era cierto al menos mientras las circunstancias fueran normales. En tiempos de guerra, por lo general el vínculo se rompía. Sin embargo, con un régimen fiduciario donde el dinero es aceptado solo porque se confía en el emisor, la política de gobierno es el determinante principal, si no el único, de la oferta de dinero.
Una definición dinero esta dada en los términos siguientes: es cualquier mercancía u objeto que es socialmente aceptado como medio de pago. Desde esta perspectiva el medio de pago es un método para liquidar una deuda. Cuando se ha realizado un pago, no hay ninguna obligación restante entre las partes de la transacción. Así que lo que tienen en común las cuentas de concha, el tabaco y las monedas actuales, es que han servido (o todavía sirven) como medios de pago.