Indicadores

Los indicadores son un conjunto de medidas de distintos aspectos de la realización del proyecto que determinan hasta qué grado se han logrado los resultados y los objetivos en diferentes momentos. Se expresan como enunciados operativos (cantidad, calidad, grupo destinatario, tiempo y localización) de la situación que existirá en una determinada etapa del proyecto.

Son por tanto una de las bases del sistema de seguimiento, pues su medición sistemática permite observar los avances o retrocesos que se logran utilizando términos comparables a lo largo del ciclo del proyecto, y relacionarlos con la estrategia de intervención.

Una primera y fundamental consideración en el sistema de indicadores es la distinción entre objetivos y resultados. Normalmente los indicadores de uno y otro difieren; dado que los objetivos se refieren a cuestiones más generales sus indicadores serán también más amplios; mientras que los resultados establecen cuestiones mucho más específicas.

Los indicadores van a constituirse en el patrón principal que utiliza el proyecto para definir lo que se considera como éxito a los diferentes niveles. Recíprocamente, aspectos sobre los que el proyecto provoca cambios (intencionados o no) se invisibilizan si no se incluyen específicamente su medición en los indicadores, como puede ser por ejemplo el impacto sobre las relaciones de género.

Por tanto, contar con un buen sistema de indicadores es esencial, y junto con la preparación cuidadosa de los mismos en la fase de formulación, conviene que el mismo sistema de seguimiento fije momentos para revisar periódicamente el conjunto de indicadores.

Tipos de indicadores

Los indicadores pueden ser clasificados en torno al tipo de unidad en que se refleja la mensurabilidad y al grado de aproximación al objetivo.

– Cuantitativos
Se expresan en unidades físicas. Un indicador cuantitativo es, por ejemplo “Aumento en la recaudación tributaria municipal.”

– Cualitativos
No se pueden medir en unidades físicas, pero sobre su cumplimiento se puede emitir un juicio en una escala de valor. Por ejemplo un indicador de este tipo puede ser “Mejora de la valoración del servicio de basuras por parte de la población”. Los indicadores del objetivo general, y quizás algunos de los específicos serán de carácter más cualitativo, mientras que los de resultados serán más de tipo cuantitativo.

– Directos
Miden un cambio que tiene una relación inmediata con el resultado u objetivo que se persigue. Por ejemplo, en la mejora de la calidad del servicio de agua potable un indicador directo es “aumento de las horas de suministro”.

– Indirectos
Determinan el cumplimiento de un componente del proyecto observando la variación de otro factor con el que guarda una relación de correspondencia. Por ejemplo, un indicador indirecto de la mejora de la calidad del servicio de agua potable podría ser “disminuyen las quejas de los usuarios

Los indicadores directos en general tienen una relación más estrecha con el efecto que se quiere medir, no obstante su determinación puede ser a veces costosa o compleja. En este caso los indicadores indirectos pueden resultar una mejor opción. Sin embargo con los indicadores indirectos hay un riesgo mayor de que no se tengan en cuenta otros factores que puedan influir en su variación, dando un índice erróneo sobre la consecución de los resultados u objetivos.

Por ejemplo, si como indicador de la mejora de la capacidad técnica de gestión de una Municipalidad, tomamos “aumentan los proyectos de servicios básicos ejecutados por la Municipalidad”, podría suceder que el aumento de proyectos se deba a que la Municipalidad está ingresando fondos procedentes de ayuda internacional, con lo que el aumento de proyectos ejecutados no se debe en realidad a una mejor gestión municipal.

En general lo más recomendable es manejar un conjunto de varios indicadores para cada resultado u objetivo, combinando indicadores directos e indirectos.