Cuidado de los oídos en los niños

Durante sus primeros meses del bebe y, en general, en los años de su crecimiento físico y mental, es muy importante el cuidado de la zona auditiva para evitar posibles problemas y enfermedades futuras.

El sentido del oído resulta vital para su desarrollo cognitivo e intelectual (influye en el lenguaje y en la percepción de la realidad) y, por tanto, debemos cuidarlo de una forma especial. Todos conocemos pequeñas pautas a la hora de limpiar los oídos de los pequeños, como, por ejemplo, la importancia de no realizar un lavado en profundidad. Pero puede que no dispongas de la información suficiente para conseguir una higiene perfecta. Te damos todas las claves que evitarán posibles infecciones y molestias en esta parte tan delicada.

La prevención. Es importante que, tanto en el colegio como en casa, observéis si el niño tiene faltas de atención o su rendimiento académico empeora. Es posible que la pérdida de la audición afecte tanto a su capacidad de concentración como a la interacción con sus compañeros. Además, se recomienda realizar una revisión e audiometría, al menos, una vez al año (si no existen antecedentes de problemas auditivos). Aunque no existan indicios, esto ayudará a detectar a tiempo cualquier complicación.

El cuidado. Las limpiezas superficiales pueden realizarse en casa, pero si es necesario una más a fondo se debe acudir al otorrinolaringólogo. En la consulta retirará el exceso de cera o posibles tapones que se hayan acumulado. Aunque, nunca se debe olvidar que, pese a que no lo parezca, la cera cumple una función protectora. Por tanto, es necesaria y no se debe insistir en hacerla desaparecer por completo, podría ser extremadamente perjudicial.

Cómo realizar la limpieza. La higiene de los oídos debe realizarse por su parte exterior. Nunca se debe aplicar jabón o cualquier otro producto directamente sobre esta zona y, menos aún, un chorro de agua. Evita también los bastoncillos (aunque sean específicos para niños, les pueden introducir más la suciedad y provocarles problemas graves, como perforaciones en el tímpano), simplemente repasa la zona con un paño suave y húmedo o una gasa. Eso sí, recréate en los pliegues y la parte posterior de la oreja. Para la nariz, utiliza suero fisiológico y procura sonarle un lado y después el otro, no los dos a la vez.

Ten precauciones. El sonido que emiten algunos juguetes está regulado para que no afecte a los menores. Haz tú lo mismo con la televisión, las películas, música y sonidos en general a los que expongas al menor. Además, cómprale unos tampones si va a la piscina o protégele del frío con orejeras o gorros que le cubran esa zona.