Introducción
Sintoísmo (del japonés shinto, ‘el camino de los dioses’), religión surgida y profesada mayoritariamente en Japón, en cuya cultura e historia desempeñó un papel fundamental. El sintoísmo, que alcanzó un grado de identificación con el pueblo japonés similar al del hinduismo con el indio, constituyó un resorte fundamental en la formación de las estructuras familiares y sociales básicas de este país.
Así como en la configuración del cuerpo ideológico que permitió su desarrollo como moderno Estado nacional. Su fuerte influencia se debió, en parte, a una notable capacidad para coexistir de forma armónica con otras religiones, especialmente con el budismo.
Origen
Las religiones originarias de varios países asiáticos conservan patrones similares, como en China, Japón y Corea con respecto a los elementos de culto a los antepasados. Esto se debe a que sus conceptos parten de que el alma o esencia también permanece ligada al cuerpo después de la muerte o puede permanecer cerca de él, y tal vez pueda volver como demonio o fantasma para hacer daño a los humanos si no se le presentan ofrendas y una cierta veneración.
Estos conceptos se ligan íntimamente con el tipo de vida originada a través del trabajo agricultor del pueblo ya que Japón fue explotado por colonos vinculados que vivieron en dependencia de las fuerzas de la naturaleza y ciclos de las estaciones, sobre los cuales se consideraba que se podía influir de modo beneficioso dominándolos mediante la magia y el rito.
Los humanos, deseosos de alcanzar la posesión de la fuerza mágica causante de rendimientos productivos con la naturaleza, idearon una serie de prácticas que se realizan por medio de chamanes y posteriormente mediante los emperadores.
Textos sagrados
El sintoísmo no es una religión revelada a través de determinados escritos que se consideren de inspiración divina. Los textos sagrados de esta creencia son los que describen sus prácticas, generalmente en forma de historias. Las míticas crónicas Kojiki (Relación de cuestiones antiguas, compilada en el 712 d.C.) y Nihon Shoki o Nihongi (Crónicas de Japón, 720 d.C.), describen la genealogía de los dioses desde que Japón fuera creado por la primera pareja, Izanagi e Izanami.
Estos libros, que también proporcionan el árbol genealógico de los emperadores a partir de la diosa del Sol, Amaterasu, debieron ser recopilados para legitimar el derecho divino de la familia imperial japonesa. También existen compendios de ceremonias y de oraciones antiguas (norito) que sirven para la liturgia y como libros de textos rituales.
El Engi Shiki (Procedimientos del Engi Era, 905-927) es una recopilación de reglamentos gubernamentales, detalles de los ritos en los santuarios, kegare y otros importantes asuntos de la religión sintoísta como la mayor parte de norito. En virtud de todo ello, el Engi Shiki está considerado un texto sagrado.
Los llamados Cinco Libros del Sintoísmo (Shinto Gobusho) fueron recopilados por sacerdotes durante el siglo XIII, agrupando distintas fuentes de información; sólo los sacerdotes de más edad tenían autorización para leerlos.
Práctica
Cada santuario se dedica a un Kami específico que posea una personalidad divina y que responda a los rezos sinceros del fiel. Al entrar en un santuario, se pasa a través de un Torii, una puerta especial para los dioses, que marca el paso entre el mundo finito y el mundo infinito de los dioses.
En el pasado, los creyentes practicaban el rito de purificación o “misogi”, consistente en el lavado de sus cuerpos en un río cercano al santuario. En años recientes solamente se lavan las manos y enjuagan sus bocas en lavabos proporcionados por el santuario.
Los creyentes respetan a los animales como mensajeros de los dioses. Es por esto que un par de estatuas “koma-inu” (perros protectores) se encuentran siempre en el santuario.
Las ceremonias del templo, incluyen la limpieza, las ofrendas, los rezos, y las danzas dirigidas al Kami. Los Kagura son danzas rituales acompañadas por instrumentos musicales antiguos (ejecutadas por bailarines expertos y entrenados). Consisten en muchachas jóvenes vírgenes, y un grupo de hombres o uno sólo.
Los Mamori son encantos utilizados como ayuda curativa y de protección. Estos encantos son de diversas formas y sirven para varios propósitos.
En muchos hogares se da un lugar central a los dioses con un altar llamado “Kami-dana”. Los Origami (figuras de papel): Éste es un arte popular japonés en el cual se pliega el papel para dar como resultado una gran variedad de hermosos diseños. Se ven a menudo alrededor de los santuarios de Shinto. Por respeto al árbol del cual se extrajo el papel para construir el origami, este nunca se corta.
Influencias
Según el Sintoísmo, el japón nace como país a gracias a la unión de la pareja de dioses originarios Izanagi e Izanami, a los cuales se ordenó crear y ordenar el mundo (con Japón como único centro) y colocar el pilar del cielo, el eje universal que une el cielo y la tierra. Esto representa un papel esencial para el entendimiento de la identidad nacional y la significación del emperador dentro de esta religión que se mantiene presente en la idiosincrasia pura de su pueblo.
Desde la entrada del budismo en Japón en el siglo VI, este ha ejercido una profunda influencia sobre el Shinto, aunque éste también se ha modelado adaptado en este país hasta darle una forma característica. Ambas religiones definen la religiosidad nipona, los japoneses suelen practicar los ritos de ambas tradiciones según la naturaleza de la ocasión (suelen preferir el Shinto para los rituales de nacimiento y matrimonio, y el budismo para los ritos funerarios). Muchas de las “nuevas religiones” japonesas tienen una fuerte influencia shintoísta.
Debido a que el shintoísmo no pretende convertir, criticar ni entrar en conflicto con otras religiones, su expansión fuera de las islas de Japón ha quedado limitada generalmente a las comunidades niponas de la emigración; aunque en las raices de las artes marciales tradicionales modernas o gendai budo; del sumo, el Aikido, y el judo. Se puede apreciar su influencia en varios de sus movimientos y especialmente en su filosofía y rituales, como artes marciales pacifistas, y de naturaleza defensiva.