– La menta vive en lugares cercanos al agua, muchas veces encharcados.
– Requiere una atención constante en el riego ya que éste deberá ser abundante (al menos una vez cada dos días) con el fin de mantener constantemente el sustrato húmedo.
– Crece bien en terrenos ricos en humus, algo húmedos y sombríos.
– Los suelos arcillosos y bien drenados favorecerán el crecimiento de esta planta que agradecerá el enriquecimiento periódico del terreno con abono de liberación lenta.
– El estiércol constituye un buen abono.
– Se planta en hileras a 40 cm unas de otras y con 30 cm entre plantas.
– La menta tiende a ser invasora si no se controla su crecimiento podándola convenientemente.
– Aunque son perennes, su follaje cae en otoño, y es la época en que conviene podarlas y rodearlas con un pajote de hojas podridas o podas de césped.
– Si resultan atacadas por la roya, deben quemarse y reiniciar la plantación con matas nuevas en otra parte del jardín.
– La propagación se consigue a partir de estolones en la primavera, que originarán numerosos brotes, sacados de las plantas viejas, que tengan raíces, preferiblemente.
Fuente: Fichas.infojardin.com