Introducción
La limpieza y la higiene son fundamentales en la cocina. Entre otras razones porque es el lugar donde habitualmente se manipulan los alimentos y, por tanto, la vía más rápida de entrada para los microorganismos patógenos. De ahí que mantener superficies y utensilios en perfecto estado de limpieza, así como unas mínimas normas de higiene personal, sea la mejor fórmula para evitar desagradables problemas. Cuando limpiamos en la cocinatenemos tendencia a limitarnos a quitar la suciedad. Es decir, apenas vamos más allá de la mera eliminación de los residuos que se ven a simple vista.
No obstante, bajo ese manto de residuos en forma de manchas o polvo pueden esconderse miles de colonias bacterianas de origen y composición diversa que, eventualmente, pueden saltar a los alimentos que manipulamos. ¿De qué microorganismos estamos hablando? Todo depende, básicamente, de su fuente de procedencia. Aunque suene a extraño y a poco probable, no es en absoluto descartable la presencia de materia fecal, a la que pueden sumarse residuos minerales procedentes del agua, restos aportados por el aire y las personas que utilicen el baño o la propia cocina.
Esta suciedad, difícilmente visible y aún menos perceptible, incorpora una elevada contaminación bacteriana, como es el caso de la materia fecal u otros residuos sólidos orgánicos. Muchos de los microorganismos que la componen pueden alcanzar las superficies y desarrollar en ellas un mecanismo de adherencia que les permite su anclaje y su posible multiplicación, aún cuando se eliminen los restos visibles. Este mecanismo natural de se denomina biofilm.
Por donde empezar a limpiar
Cada uno tendrá sus preferencias, particularmente comienzo con el horno, siempre que no tenga cacharros sucios, sino limpiar y colocar los cacharros en el escurridor de platos o acomodar en el lavavajillas. En cuánto al horno, si tuvimos la precaución de limpiarlo luego de usarlo posiblemente con un paño humedecido en bicarbonato sódico será suficiente. En cambio si tiene grasa incrustada, hay que encender el horno hasta que tome un poco de temperatura, apagar y aplicar antigrasa o lavavajillas, dejar actuar y aclarar con abundante agua. Otra opción: con el horno frío primero retirar con papel de cocina la grasa acumulada, con agua caliente y lavavajillas limpiar las paredes interiores y la puerta del horno. Aclarar hasta que quede brilloso y secar con un paño seco. Para las rejillas y las fuentes de horno utilizar el limpiador cremoso o el lavavajillas Malos olores: Cuando el horno toma mal olor colocar unos trozos de piel de naranja o limón con el horno encendido a temperatura media, perfumará su cocina.
Limpar la zona de fuego
Las cocinas actuales pueden ser de gas o vitrocerámicas. Dependiendo del sistema que utilicen serán los métodos de limpieza. Hornillas a gas: Si las cocinas son de hornillas a gas retire los quemadores y las tapas superiores y con un poco de limpiador cremoso o en polvo fregar la zona donde se colocan las hornillas, aclarar y colocar los accesorios previamente lavados. Las vitroceramica siempre deben limpiarse en frío y cada vez que se ha utilizado, estas precauciones impiden que se produzcan incrustaciones difíciles de sacar. Cuando se derrama leche, azúcar o se pegue un plástico hay que proceder a retirar inmediatamente con una rasqueta, no espere a que se enfrié. Puede limpiar rociando la superficie con cualquiera de los productos comerciales que hay en el mercado y retirar con papel de cocina. Si se ha quedado sin producto, rociar con amoniaco o jabón para lavar la ropa y dejar actuar por una hora, aclarar y secar con un paño.
Limpiar el alicatado
Aplicar antigrasa en el alicatado de la zona donde esta la cocina, deje actuar unos minutos. Si hay incrustaciones muy rebeldes remover con una esponja de acero, no olvidar las juntas de los azulejos, es el lugar donde más se adhiere la grasa. Aclarar con un paño hasta que quede con brillo. Salvo la zona más cercana a la zona de fuego, en el resto del alicatado bastará pasar un paño con algún desinfectante y aclarar después. Para que los azulejos queden bien brillantes aclarar con agua y unas gotas de vinagre blanco y luego sacar.
Limpiar el extractor
Si el extractor de la cocina esta sucio, impide la correcta eliminación de vapores y olores. Siempre antes de limpiar el extractor recuerde desenchufar o desconectar el interruptor de contacto. Cada vez que cocine pasar un paño humedecido con desengrasante por la campana del extractor para que no se acumule la grasa, una vez a la semana es conveniente limpiarlo a fondo. Retirar las rejillas que actúan de filtro, son muy fáciles de quitar, rociar con un antigrasa y dejar actuar.
Mientras tanto limpiar el interior de la campana con una esponja humedecida con amoniaco, cuidado de no mojar el motor. Secar y limpiar el exterior de la campana, si es de acero inoxidable, utilizar agua con una cucharadita de bicarbonato. Remover la grasa de las rejillas con un cepillo pequeño, aclarar con agua bien caliente y dejar secar bien, luego colocar en su lugar.
Limpar las lámparas de la cocina
En las cocinas la grasa y los vapores se van para arriba ubicándose en las partes más altas de la cocina. Los fluorescentes o lámparas de techo en la cocina necesitan un aseo frecuente por esta razón. Siempre deberán estar apagados y fríos, para su limpieza puede utilizar limpia cristales o bien alcohol de quemar que arrastra con facilidad la grasa incrustada.
Limpiar las encimeras
Las encimeras deberán estar despejadas para facilitar su limpieza. No utilizar cuchillos para retirar incrustaciones, puede frotar con una esponja de nylon especial para superficies delicadas. Las encimeras de mármol son muy delicadas, necesitan un tratamiento para impermeabilizar su porosidad. Limpiar con un paño con agua jabonoso (con lavavajillas), aclarar y secar inmediatamente.
Las encimeras plastificadas: son especiales para limpiar con agua y una cucharadita de bicarbonato para luego aclarar con agua y secar. Las encimeras de maderas como el arce, teca o caoba: Una vez al año deberá limpiarse con aceite de teca o linaza en el sentido de la veta de la madera.
Limpiar los armarios
En los armarios siempre se acumulan migas, restos de alimentos, especialmente los que son en polvo o molidos como el azúcar, sal, café. etc. Una vez al mes es conveniente retirar estos restos para prevenir la aparición de insectos. Vaciar los armarios y repasar con un trapo humedecido con lavavajillas, aclarar y secar. Antes de guardar las cosas en los armarios dejar secar bien su interior.
Al mismo tiempo es buen momento para repasar las fechas de caducidad de los alimentos enlatados que pudiera haber en la alacena. Repasar las latas y demás cosas con un paño húmedo para evitar que se le acumule grasa, antes de guardar su base tiene que estar bien seca para que no marque el suelo de los armarios. Fuentes: euroresidentes.com/ consumer.es