En este tema revisaremos otra forma de hacer mayor promoción de nuestros productos, pero sin tener que recurrir a realizar pagos de renta del local, personal y otro tipo de gastos considerados fijos, es decir desembolsos. Dichos desembolsos repercuten en el precio del producto haciéndose más caro, es decir, nos impide obtener mayores ventas.
Una manera actual en la que se abate este tipo de gastos es compartiendo parte de la utilidad del producto, esto es, dar en consignación nuestros productos.
Las mercancías en consignación son entregadas a un “comisionista” para que venda nuestro producto; este tipo de contrato es atractivo, ya que no necesariamente tendrá que pagar el o los productos, además puede obtener una gran variedad de artículos y esto representa una gran ventaja para el comisionista ya que en el mismo lugar donde realiza su actividad principal puede realizar ésta, por lo que actualmente se desarrolla con mucha frecuencia en las empresas y en algunos casos se llegan a realizar operaciones muy importantes tanto para el consignatario como para el comisionista.
El procedimiento que se realiza para este tipo de operaciones consiste en el registro de las operaciones que se originen por mercancías en consignación, de manera que se conozca en cualquier momento el importe del inventario final de las mercancías en poder del comisionista, y además la utilidad o pérdida que se obtiene por este tipo de operaciones (mercancías en consignación)
Las cuentas que se utilizan principalmente son:
- Mercancías en consignación, el saldo de la cuenta es deudor y representa el importe del inventario final de las mercancías en consignación, y ésta es una cuenta de balance general y pertenece al activo circulante.
- Costo de mercancías en consignación representa el importe (costo) de la venta realizada por el comisionista.
- Ventas de mercancías en consignación es el precio de venta de las mercancías vendidas por el comisionista.
Fuente: Apuntes de Prácticas de contabilidad de la FCA UNAM