Membrana olfativa
La membrana olfativa se localiza en la porción dorsocaudal de la cavidad nasal. Está constituida por células olfatorias que son las receptoras de las sustancias odoríferas y por células de sostén. Las células olfatorias son células bipolares derivadas del sistema nervioso central y poseen en el extremo mucoso pelos olfatorios (o cilios) que se proyectan hacia el moco que recubre la superficie interna de la cavidad nasal. Además, en la membrana basal se hallan gran cantidad de pequeñas glándulas mucosas, las glándulas de Bowman que secretan moco hacia la superficie de la membrana olfatoria.
Percepción de los olores
Las sustancias odoríferas al hacer contacto con la membrana olfativa primero se difunden por el moco para poder ponerse en contacto con los cilios de las células olfativas que son los encargados de reaccionar frente a los olores del ambiente que estimulan a las células olfatorias. Al ponerse en contacto se unen a un receptor de membrana proteico que atraviesa siete veces la membrana citoplasmática. La sustancia odorífera se une a la porción del receptor que se dobla hacia el exterior. El AMPc activa un canal de Na+ que permite el ingreso del Na+ extracelular hacia el interior de la célula, los cuales hacen más positivo el interior, excitan a la célula y generan el potencial de acción.
Factores físicos
Además del mecanismo químico básico mediante el cual se estimulan las células olfatorias, varios factores físicos afectan el grado de estimulación de las células de la membrana olfativa. Sin embargo, esta relación no es perfecta, ciertas sustancias como el amizcle, son de baja volatilidad, sin embargo se caracterizan por presentar un olor intenso. Además las sustancias deben ser, al menos, ligeramente hidrosolubles para atravesar la barrera acuosa del moco que recubre a la membrana olfativa y deben ser ligeramente liposolubles porque los constituyentes lipídicos de la membrana del cilio repelen de los receptores proteicos de la membrana las sustancias olorosas no liposolubles.
Bulbo olfatorio
El bulbo olfatorio denominado también I par craneal aunque parece un nervio, actualmente se sabe que es una porción de tejido cerebral que posee una dilatación bulbosa en su extremo que es el bulbo olfatorio el cual se encuentra sobre la lámina cribosa que separa la cavidad nasal de la cavidad cerebral. Estos axones terminan en estructuras llamadas glomérulos donde realizan sinapsis con las dendritas de las células mitrales o de las células en penacho, los cuales envían sus axones hacia el Sistema Nervioso Central a través del haz olfatorio.
Haz olfatorio
El haz olfatorio en el cerebro se divide en dos áreas:
1. El área olfatoria medial que es la más antigua situada en las porciones mediobasales del encéfalo delante del hipotálamo. Dentro de la cual los más importantes son los núcleos septales. Esta área tiene que ver con las respuestas más primitivas frente a los olores como son la salivación y el lamido.
2. El área olfatoria lateral que es la más moderna, desde el punto de vista evolutivo, compuesta por la corteza piriforme, prepiriforme y la porción cortical de los núcleos amigdalinos. Además llegan señales al sistema límbico principalmente el hipocampo, teniendo función en el aprendizaje frente a diversos olores.
3. Una vía más reciente, observada en primates y en el humano se ha descrito en los últimos años. La misma pasa por el tálamo, llegando a los núcleos talámicos dorsomediales y de allí se dirige al cuadrante posterolateral de la corteza orbitofrontal. Esta área se cree que contribuye al análisis conciente del olor.
Diferencias entre especies
Existen diferencias muy grandes en el tamaño relativo de las estructuras olfatorias y en la capacidad para detectar olores entre las especies. Animales muy sensibles, como los perros, se denominan macrosmáticos mientras que animales que detectan olores, pero en apariencia son mucho menos sensibles, como algunas especies de aves, se llaman microsmáticos. Algunos animales, como los mamíferos marinos carecen por completo de un aparato olfatorio, no pueden oler y se les denomina anósmicos. Generalmente, se acepta que el tamaño del bulbo olfatorio en relación con el resto del cerebro es un buen indicio de qué tan sensible es un animal a los olores.
Es probable que la mayoría de los animales domésticos sean bastantes sensibles a los olores. Sin embargo, existen muy pocos estudios comparativos de la sensibilidad olfatoria en las especies, excepto en perros, ratas y humanos, de modo que no se pueden hacer comparaciones precisas.
El sentido del olfato es sumamente importante para la adaptación del animal a su medio ambiente, y presenta varias funciones:
- Es fundamental para la percepción de algunos sabores
- Participa en la comunicación entre animales de la misma y de diferente especie, teniendo un papel destacado en la regulación de la reproducción y del comportamiento social de numerosas especies de mamíferos.
- La repulsión hacia ciertos olores desagradables permite evitar, en algunos casos, la ingestión de sustancias potencialmente venenosas.
Órgano vomeronasal
Este órgano consiste en una estructura par con forma de saco ciego localizada en la porción anterior del septo nasal. Las células receptoras del órgano vomeronasal son similares a las del sistema olfatorio principal, con la excepción de la falta de procesos ciliares presentando microvellosidades hacia la zona mucosa. Los axones de las células receptoras se agrupan formando los nervios vomeronasales que se dirigen hacia el bulbo olfatorio accesorio o bulbo vomeronasal, el cual es una región diferenciada del bulbo olfatorio. La vía vomeronasal se proyecta a los núcleos mediales de la amígdala, donde hace sinapsis con neuronas que terminan en el área preóptica medial del hipotálamo. Actualmente, se cree que el órgano vomeronasal está relacionado con la percepción de feromonas, desempeñando funciones importantes en la regulación de la conducta sexual y en otras conductas sociales. Es común que los animales tengan atracción por y reciban estimulación sexual de señales químicas producidas por individuos del sexo opuesto.
Fuente: Fisiología de los sentidos químicos: Gusto y olfato de Vet. Carolina Bianchi