Un cierto valor o inversión representativo va perdiendo valor durante su vida de servicio —el periodo real en que se posee dicho valor. La disminución en el valor se debe a una combinación de las siguientes cuatro causas.
Depreciación física. El uso y las descomposturas normales de la maquinaria mientras ésta se halla en servicio, disminuyen gradualmente su capacidad para ejecutar la obra que originó su adquisición.
Un buen programa de mantenimiento puede hacer más lento el desgaste, pero solamente una «reconstrucción», cuya conveniencia es dudosa desde el punto de vista económico, puede rejuvenecer una máquina hasta que ésta esté más o menos en su condición original.
Por lo general, una máquina vieja, re-quiere reparaciones cada vez más costosas para conservarse en un estado de funcionamiento más o me nos satisfactorio.
La depreciación funcional. Un cambio en la demanda o en el servicio esperado de una máquina hace decrecer su valor para el propietario, aun cuando ésta sea capaz de llevar a cabo su propósito original.
Si una tolerancia original de 0.01 pulgadas necesaria para las piezas se cambia permanentemente a 0.0001 pulgadas y la máquina que producía las piezas estaba diseñada para ajustarse sólo a la primera especificación, la máquina se.
Aún puede ejecutar la función para la cual fue concebida. pero esa función va es obsoleta.
La depreciación tecnológica. El desarrollo de nuevos y mejores métodos para llevar a cabo una función hace que los diseños anticuados de maquinaria se vuelvan de repente incosteables o de mejorar los diseños del producto pueden también ocasionar que el equipo especial existente se vuelva repentinamente obsoleto.
Los diseños de máquinas basados en nuevos conceptos con frecuencia ya se hallan en el restirador de dibujo según los planos antes de que los diseños anteriores estén en producción.
La depreciación monetaria. Un cambio en el poder de compra del dinero provoca una sutil pero definida depreciación. Las practicas de la contabilidad por lo común relacionan la depreciación con el costo original de una máquina y no con el costo del reemplazo.
En los últimos años, los precios han aumentado continuamente; por tanto, el capital recobrado por el servicio de una máquina con frecuencia es insuficiente para comprar otra que la reemplace cuando la máquina vieja ya no puede producir en forma competitiva la depreciación se aplica realmente al capital invertido que representa mas bien a la máquina que al valor en sí.
La comparación de los costos de las refacciones con los precios de compra a menudo induce a los propietarios a conservar máquinas viejas durante un tiempo mayor al de su vida económica.
Con la influencia de estas causas que son en gran medida impredecibles, es en verdad difícil poder estimar la vida económica de una máquina: o sea el número de años que minimiza el costo anual equivalente de mantener un valor. Las estimaciones de la duración son necesarias para evaluar la relativa seducción de las alternativas de adquirir una nueva máquina, par a planear los programas de reemplazo y para los fines concernientes al fisco.
Los costos de depreciación se pueden deducir como gastos de operación cuando se calcula el ingreso gravable. Por una parte existe el deseo de mantener las máquinas en servicio el mayor tiempo posible a fin de disminuir el costo de la recuperación anual del capital.
Fuente: Apuntes de Introducción de Sistemas de Producción de la Unideg