Se ignora la identidad de quien concibió el primer sistema de producción, pero todavía pueden verse los grandes monumentos del pasado que atestiguan el «saber-hacer» de nuestros antecesores así como su capacidad para explotar en forma juiciosa los recursos humanos y materiales: las pirámides de Egipto (2500 a.C.), la Muralla China (siglo ni a.C.), los templos, los acueductos y los caminos de la antigüedad grecorromana.
Puede decirse que antes del siglo mil la producción de bienes dependía de un sistema de producción manual. Este periodo se caracteriza por una productividad baja en virtud de los medios rudimentarios que se empleaban.
El hombre trabajaba con sus manos y (con herramientas) muy sencillas, como el hacha o el telar de lanzadera. La fuerza muscular (humana y animal) era la fuente de energía que se utilizaba con mayor frecuencia.
El agua y el viento eran otras fuentes menos importantes. Este periodo fue la era de la producción artesanal.
El desarrollo de la administración de operaciones comenzó con la revolución industrial. Durante este periodo la manufactura pasó del sistema de producción manual al sistema automático. Esto se produjo como resultado de una serie de descubrimientos técnicos y de revoluciones económicas que han hecho posible la producción en masa.
Desde la «domesticación» de la fuerza del vapor y de la energía eléctrica hasta nuestros días, las tasas de productividad han aumentado a un ritmo notable.
El comportamiento de la tasa de producción por hombre-hora para el periodo de 1946 a 1978 en la industria manufacturera y en el sector terciario de Canadá. En promedio, esta tasa se ha triplicado.
Para comprender las causas de tal aumento de la productividad deben estudiarse las etapas del desarrollo de esta última, las cuales cubren tres grandes épocas: la revolución industrial, la época de los científicos,y la época moderna.
Fuente: Apuntes de Introducción de Sistemas de Producción de la Unideg