Introducción
El Románico fue un estilo artístico predominante en Europa en los siglos XI, XII y parte del XIII. El románico supone el arte cristiano, agrupando las diferentes opciones que se habían utilizado en la temprana Edad Media (romana, prerrománica, bizantina, germánica y árabe) y consiguiendo formular un lenguaje específico y coherente aplicado a todas las manifestaciones artísticas.
No fue producto de una sola nacionalidad o región, sino que surgió de manera paulatina y casi simultánea en Italia, Francia, Alemania y España. En cada uno de estos países surgió con características propias, aunque con suficiente unidad como para ser considerado el primer estilo internacional, con un ámbito europeo.
Arte románico
Se trata de un arte lleno de espiritualidad, fruto de la combinación armónica de diversas influencias como la romana, prerrománica, bizantina, germánica, árabe, etc. Dos hechos de importancia social y religiosa fueron relevantes para el desarrollo de este arte:
Por un lado, nos encontramos con el fenómeno popular que se extendió en la época de las largas peregrinaciones a Santiago de Compostela, Roma y Jerusalén.
Por otro, la influencia de las órdenes religiosas a través de las nuevas reformas. La primera que se llevó a cabo fue la del monasterio benedictino de Cluny, en Francia, expandiéndose por Europa.
La mayoría de construcciones románicas fueron realizadas gracias a las generosas aportaciones de reyes y nobles, así como con los impuestos agrarios. Esto ayudó a incrementar en gran medida el patrimonio y poder material de la Iglesia, mientras que los nobles buscaban así la salvación de su alma.
Además de edificios religiosos, se construyeron fortificaciones militares para refugio y defensa, como también obras civiles. Estas últimas, se debió en gran parte al aumento en el paso de personas hacia los lugares de culto.
Tipos románicos
Primer Románico
Comprende todo el siglo XI y comienzos del siglo XII.
Tiene su origen en el norte de Italia. Más tarde se extendió por el norte de Cataluña y aragón, así como por el sur de Francia.
En este estilo se utiliza la piedra escuadrada pero no pulida. Los templos se cubren con bóvedas pétreas de cañón y horno. Dejan de utilizarse las columnas para emplear los pilares. Las naves son más amplias y elevadas que los edificios prerrománicos precedentes. En esta etapa no existe figuración escultórica.
Segundo Románico
Llega a España a finales del siglo XI y comienzos del XII.
Tiene su origen en Francia. A través del Camino de Santiago se difunde geográficamente.
Se trata de un estilo más armonioso, de gran belleza y equilibrio de las formas. Es la fase más noble del estilo.
Su arquitectura es sobria pero de una gracia y equilibrio no alcanzados en otros estilos.
Tardorrománico
Este estilo se desarrolla a partir de mediados del siglo XII y comienzos del XIII.
Este estilo evoluciona hacia formas más recargadas y preciosistas. Se trata de la evolución más tardía del estilo.
En lo referente a lo arquitectónico, se combinan formas románicas y góticas.
En este periodo, la escultura se desprende del carácter simbólico y se acerca de forma decidida al naturalismo.
Románico Mudéjar
Se trata de un estilo exclusivamente español en el que se combinan formas estructurales románicas con decoraciones musulmanas propias de los mudéjares que iban quedando en los territorios conquistados por los cristianos a los musulmanes.
Los volúmenes son básicamente los mismos que los románicos de piedra, limitados por las diferencias de material. Se utiliza mucho el juego de arcos ciegos, alfices, frisos de esquinillas o ladrillos a sardinel para adornar los muros.
Escultura románica
La escultura románica está ligada a la Iglesia, sirven para crear una determinada atmósfera en las iglesias.
La escultura en piedra depende de la arquitectura, teniéndose que adaptar a la superficie a cubrir. Los escultores románicos deben adaptar sus figuras a las proporciones del templo por lo que la escultura adquiere monumentalidad. Gracias a esta adaptación, podemos hablar también de su función pedagógica ya que su objetivo es enseñar a los fieles el camino de la salvación y por ello aparecen en los relieves románicos numerosas figuras identificadas con el pecado.
La escultura románica representa la reacción más completa frente al naturalismo clásico. Las figuras tienen una tremenda espiritualidad y la anatomía queda relegada a un segundo plano ya que los ropajes dominan al cuerpo.
En cuanto a los materiales, suelen estar realizadas en piedra caliza, granito o mármol, pero también en madera o marfil.
El relieve es muy plano y las escenas de escasa complicación, apareciendo los ropajes ajustados al cuerpo, indicándose los pliegues de las telas con trazos sencillos, simétricos y paralelos.
Pintura románica
La pintura románica mantiene la ausencia de perspectiva y la actitud antinaturalista de etapas anteriores. La pintura fue muy importante en la época ya que todos los edificios debieron estar policromados.
El fondo es liso, por lo que la figura centra toda la atención del artista. El dibujo y los colores planos se yuxtaponen para crear intensos contrastes cromáticos. El espacio se crea por la distribución de las figuras en el espacio. La técnica más utilizada fue la del fresco, lo que requería una cierta preparación del muro: estucado. También se pintó sobre tabla, para poner en los altares. La composición seguía las convenciones del relieve.
En la pintura románica destaca la miniatura, que está realizada por gente letrada. Su objetivo era el de decorar libros para la gente que sabía leer, por lo que no tiene la intención didáctica de las demás obras.
La pintura mural románica es una pintura bidimensional, sometida a un soporte que viene determinado por la arquitectura. Este arte se apartará de la imitación de la realidad para dar una imagen interpretativa, un símbolo, en el que se busca la esencia de lo que representa.
Arquitectura románica
La arquitectura románica es básicamente religiosa y crea un tipo de templo abovedado, uniforme, de interiores oscuros que mueven al recogimiento. Los principales edificios fueron: Iglesias, Catedrales y Monasterios de poca altura, aunque también construyeron edificios civiles como castillos y fortalezas.
Entre sus principales características, se destacan:
Aspecto sólido y severo.
Los arcos de medio punto sobre las columnas son los que unen las naves.
Las bóvedas más utilizadas son las de cañón.
Su planta basilical o de cruz latina está dividida en un número impar de naves, normalmente en 3.
Obras destacadas del románico
Algunos de los mejores conjuntos románicos de España se concentran en Castilla y León:
La Real Basílica de San Isidoro de León, considerado uno de los mejores conjuntos románicos de España. Contiene la llamada Capilla Sixtina de este estilo: el Panteón de los Reyes, decorado con un importantísimo ciclo pictórico.
El románico palentino (candidato a ser declarado Patrimonio de la Humanidad), destacando la comarca de Aguilar de Campoo (Palencia), con multitud de iglesias rurales. Más al sur se encuentra la iglesia de san Martín de Frómista, uno de los monumentos más completos del Románico europeo. La provincia de Palencia cuenta con el mayor número de Iglesias románicas de España.
La ciudad de Zamora, con una veintena de monumentos románicos, desde el siglo XI al XIII, incluyendo la Catedral, con su original cimborrio.
La ciudad de Ávila, con decenas de monumentos románicos, destacando la basílica de san Vicente; la Unesco declaró los monumentos románicos de la ciudad Patrimonio de la Humanidad.
El llamado Grupo de los Cimborrios del Duero; lo componen la Catedral de Zamora, la Catedral Vieja de Salamanca, la Colegiata de Toro, y la Catedral Vieja de Plasencia.
La ciudad de Segovia cuenta con un destacable conjunto de iglesias, destacando las características torres y pórticos que singularizan el románico segoviano.
El Románico de la Sierra de la Demanda comprende una serie de monumentos religiosos que se encuentran en la zona de la Sierra de la Demanda, provicias de Burgos y La Rioja (España), entre ellos destaca el monasterio de santo Domingo de Silos con un magnífico claustro.
La ciudad de Soria conserva algunos conjuntos interesantes: el claustro de la concatedral de san Pedro, la iglesia de Santo Domingo, la iglesia de San Juan de Rabanera y, sobre todo, las ruinas del monasterio de san Juan de Duero.
En Francia, el Románico alcanzará gran vigor y difusión gracias al Monasterio de Cluny (desaparecido en su mayor parte), centro irradiador del nuevo arte. Surgieron varias escuelas o centros artísticos, cada uno con características particulares y propias. Algunos de los monumentos más destacados son:
Interior de la Iglesia que conforma la abadía Notre-Dame de Fontgombault
La basílica de Saint-Sernin de Toulouse
La iglesia abacial de santa Fe de Conques
La basílica de la Magdalena, en Vézelay
San Trófimo, en Arlés, destacable por su conjunto escultórico
La catedral de Angulema
Notre-Dame-la-Grande, en Poitiers
La Abadía Notre-Dame de Fontgombault, es una joya del arte románico y monumento histórico
La Abadía de Saint-Savin-sur-Gartempe, con uno de los conjuntos pictóricos más relevantes del románico francés.
En Alemania, el Románico siguió la estela del arte otoniano, creando conjuntos arquitectónicos de gran monumentalidad, muchos de los cuales aportan soluciones completamente novedosas, como la solución de doble cabecera o Westwerk. Podemos citar entre los más señeros:
Las catedrales de Worms, Maguncia y Espira
La iglesia de santa María del Capitolio en Colonia
La Abadía de Santa Maria Laach (Renania-Palatinado)
En Italia, la herencia clásica y paleocristiana se dejó sentir profundamente. Como aportación original, surgió allí el estilo lombardo, un arte prerrománico que se extedería después por otras regiones como Cataluña o Provenza. Los edificios románicos italianos se distinguen por su suntuosidad y decorativismo, a la vez que por su claridad estructural. Algunos de los más destacados son:
La catedral de Parma
La basílica de san Ambrosio de Milán
La basílica de san Zenón de Verona
La basílica de san Miguel de Pavía
Las catedrales de Trento y Módena
La basílica de San Miniato al Monte, en Florencia
La catedral de Pisa