Literatura española de la posguerra inmediata

Introducción

La literatura de la posguerra, una literatura cuyo máximo esplendor fue el género narrativo, que en la actualidad es el género de mayor auge: la publicación de novelas, cuentos, relatos y biografías se generalizó, según lo confirman la proliferación de reseñas y entrevistas a escritores en medio gráficos y audiovisuales, la gran cantidad de premios literarios que se otorgan, la difusión masiva de novedades.

España vivía una época de crisis, la literatura de la posguerra reflejaba ese caos, y lo que hicieron los literatos fueron corregir a través de su literatura a su España, para que vuelva a ser la España gloriosa, de siempre.

La narrativa

La Narrativa de la década de 1930 y la novela de exilio: La novela de los años 30 (como la poesía) había tendido hacia la rehumanización y el compromiso social, tras abandonar la deshumanización de los años 20. En esta línea se encuentra la literatura de Ramón J. Sender, Max Aub, Francisco Ayala, Rosa Chacel, quienes al acabar la guerra marchan al exilio por su apoyo a la República. Su obra se realiza al margen de la literatura que se hace en España y, en general, tratan con insistencia sobre el tema de la guerra
La novela de los primeros años de posguerra: En la inmediata posguerra se hace evidente la ruptura de la natural evolución literaria. Así, la novela no puede enlazar con la narrativa social de los años 30, prohibida por el franquismo, ni parece válida la estética deshumanizada de los años 20.

En ese panorama de desconcierto abundan tres tipos de narraciones, todas de estilo tradicional: ideológica, realista y humorística. Hasta los años 50 no comienzan los indicios de renovación. En la década de 1940 sólo hay casos excepcionales y aislados, como C. José Cela, Carmen Laforet y Miguel Delibes.

1942: La familia de Pascual Duarte de C.J. Cela
1944: Nada de Carmen Laforet (Premio Nadal)
Estas dos novelas comparten el tono sombrío y existencial, que contrasta con el triunfalismo o la actitud evasiva, general en la novela de éxito de la inmediata posguerra. A estas nuevas voces se les unen poco después otras como la de Miguel Delibes y Ana María Matute. En general, estos novelistas coinciden en reflejar el desolado mundo de la posguerra desde una perspectiva pesimista y existencial; por eso abundan en sus narraciones los personajes desorientados, tristes y frustrados.

Década de los 50. Contexto social y cultural: Con la Guerra Fría, en los años 50, España empieza a salir del aislamiento y se incorpora a algunos organismos internacionales, en la órbita de EEUU. El incipiente desarrollo del turismo y la industria conlleva cierta recuperación económica y cambios en los estilos de vida, como las migraciones de los campesinos hacia las ciudades, la difícil inserción de estas personas en los suburbios urbanos.
Al mismo tiempo, los jóvenes que han vivido la guerra como niños o adolescentes consideran la guerra y el país de posguerra desde otra perspectiva y aparecen actitudes críticas respecto al poder y a la división social entre vencedores y vencidos. Estas posturas se manifiestan sobre todo en círculos obreros y universitarios.

El realismo social

Principales características

La novela española de esta década recoge pronto las nuevas preocupaciones sociales y abandona la visión existencial de la década anterior. En 1951 Cela publica La Colmena de tono crítico y testimonial, con un amplio personaje colectivo.

A lo largo de la década, el realismo social se intensifica y en el año 1954 alcanza su momento cumbre, pues se publican varias obras de este tipo de Ana Mª Matute, Ignacio Aldecoa, Jesús Fdez. Santos, Juan Goytisolo, Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite y Juan García Hortelano.

El tema de la novela es la propia sociedad española: la dureza de la vida en el campo, las dificultades de la transformación de los campesinos en trabajadores industriales; la explotación del proletariado y la banalidad de la vida burguesa. El estilo de la novela realista es sencillo, tanto en el lenguaje como en la técnica narrativa, se pretende llegar a un amplio público. Los contenidos testimoniales o críticos son más importantes.

Novelas destacadas del realismo social

1954: Pequeño teatro, de Ana María Matute; Los bravos, de Jesús Fernández Santos; El fulgor y la sangre, de Ignacio Aldecoa; Juegos de manos, de Juan Goytisolo.
1955: El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio.
1957: Entre visillos, de Carmen Martín Gaite.
1958: Central eléctrica, de Jesús López Pacheco.
1959: Nuevas amistades, de Juan García Hortelano.
1960: La mina, de Armando López Salinas.
1961: La zanja, de Alfonso Grosso.
1962: Dos días de septiembre, de José Manuel Caballero Bonald.

Autores destacados

Camilo José Cela (1916-2002)

Camilo José Cela nació en Padrón, La Coruña, en 1916 y murió en Madrid, en 2002. Realizó estudios de Medicina y Derecho, que no llegó a terminar. Participó en la Guerra Civil en el bando nacional y trabajó algún tiempo como funcionario. En 1957 ingresó en la Real Academia y en 1989 le fue concedido el premio Nobel.

Su primera novela, La familia de Pascual Duarte (1942), supone una novedad en el panorama literario de los años cuarenta. El argumento truculento, la violencia gratuita y la ambientación en un atrasado mundo rural suscitaron gran polémica en torno a ella. La visión del mundo subyacente no está muy lejos del existencialismo francés o del neorrealismo italiano de la época.

A ésta siguieron Pabellón de reposo (1943), Nuevas andanzas de Lazarillo de Tormes (1944) y Viaje a la Alcarria (1948). La obra más importante de Cela, La colmena (1951).

Miguel Delibes (1920-)

Miguel Delibes nació en Valladolid en 1920. Fue catedrático de Derecho Mercantil y desde 1974 es miembro de la Real Academia. De costumbres sencillas y gran aficionado a la caza, ha mostrado siempre su preocupación por la defensa de la naturaleza y ha criticado la sociedad deshumanizada y consumista.

Miguel Delibes se dio a conocer con La sombra del ciprés es alargada (premio Nadal 1947), a la que siguieron El camino (1950), La hoja roja (1959) y Las ratas (1962).

Rafael Sánchez Ferlosio (1927-)

Es autor de El Jarama, la mejor plasmación de la estética objetivista. El autor desaparece, asumiendo el punto de vista de una cámara que se limita a filmar todo lo que tiene delante. Por ello, el peso fundamental de la obra descansa en los diálogos.

Juan Goytisolo (1931-)

Su primera etapa (Juegos de manos, Duelo en el Paraíso) tiene un fuerte sentido subjetivo que presenta la infancia como un paraíso perdido. En su segunda etapa (1956-1962) se percibe el compromiso político y la denuncia social. En la tercera etapa (a partir de 1966) abandona el realismo social para reivindicar las culturas y las minorías sofocadas, en especial la musulmana (Señas de identidad, 1966; Reivindicación del conde don Julián, 1970; Makbara, 1980).

Ignacio Aldecoa (1925-1969)

Sus novelas El fulgor y la sangre (1954) y Con el viento solano (1956) están basadas en un crimen rural. Aldecoa narra desde un distanciamiento objetivista, tras el que late una cálida solidaridad con los humildes. Son muy valiosos sus cuentos.

Carmen Martín Gaite (Salamanca, 1925- Madrid, 2000)

Obtuvo el premio Nadal con Entre visillos (1957), crítica visión de las chicas de una ciudad de provincias, obsesionadas con casarse. Retahílas (1974) es una de sus mejores obras.