Introducción
Después del humanismo, la Ilustración es el otro gran movimiento intelectual que agrupa a todos los grandes espíritus europeos bajo una consigna que Kant resumió con la frase «Atrévete a saber». Se trata de la orden que el hombre se da a sí mismo. Refleja la voluntad de expandir el saber que el hombre produce y de iluminar todas las zonas que habían estado hasta entonces sumidas en las tinieblas.
Las naciones de la ilustración
La Ilustración es un movimiento que adquiere diversas formas de plasmarse en función de las tradiciones filosóficas y culturales de cada país.
Inglaterra: La Ilustración inglesa es el resultado de la combinación del empirismo de Locke y Berkeley, el sistema científico de Newton y el deísmo de muchos moralistas ingleses. Sus principales figuras son: David Hume y Adam Smith.
Francia: La Ilustración francesa está marcada por la preocupación sobre los problemas sociales y políticos. Tiene un carácter y espíritu critico y escéptico.Tiene en su haber, las obras de Voltaire, Rousseau y Diderot, la obra colectiva La Enciclopedia.
Alemania: la Ilustración alemana se incorpora al movimiento con cierto retraso respecto a Inglaterra y Francia. Se centra preferentemente en un análisis de los fundamentos y alcance de la razón. Sus principales valedores son Kant y Wolff.
Razón, naturaleza y progreso
Las tres grandes ideas sobre las que se apoya la concepción del hombre, del conocimiento y del mundo ilustrado son: la razón, la naturaleza y el progreso.
Razón: es el rasgo característico de la condición humana, la facultad que se desarrolla con la experiencia y la educación. Permite conocer y dominar la naturaleza y transformar la realidad.
Naturaleza: el conocimiento y la explicación de la realidad natural se puede sistematizar bajo leyes que dan cuenta de la organización y actividad de la materia sin recurrir a principios metafísicos o teológicos.
Progreso: es el motor de la historia y está alentado por la razón, el conocimiento, la aplicación de los avances científicos y la educación.
Filosofía y revolución francesa
La Revolución Francesa está inspirada en la obra de Rousseau y Montesquieu. El objetivo era crear una sociedad ordenada, ajena a consideraciones religiosas y apoyada en las premisas ilustradas de igualdad, libertad y fraternidad.
La Revolución Francesa pretendió una plena humanización del orden político orientada por la diosa razón y por el ideal del progreso constante. El pensamiento ilustrado no fue capaz de ordenar el espíritu y la práctica revolucionaria, que derivó en situaciones de radicalismo semejante al teológico del siglo XVI. Así se pudo constatar que, cuando la razón se convierte en fanatismo de principios y de dogmas, resulta imposible la realización de los ideales que la enaltecen.
Filosofía y revolución americana
La Ilustración americana está ligada a la revolución de las pequeñas comunidades de emigrantes procedentes de Europa cuya organización se transformó en vida democrática en el orden político. La consigna de la Ilustración americana era la independencia y los principios sobre los que se apoya son:
la libertad
la igualdad
búsqueda de la felicidad.
Los principales representantes de la Ilustración americana fueron Benjamin Franklin y Thomas Jefferson.
Materialismo y escepticismo
La vieja aspiración por conocer cuál era la realidad última tiene en la Ilustración como conclusión que la realidad era materia en movimiento. Con la excepción de Helevetius y D´Holbach, el materialismo ilustrado no trató de convertirse en un sistema cerrado.
La mayoría de pensadores ilustrados se mostraron escépticos respecto a la posibilidad de conocer los componentes últimos de la realidad. Significaba que el orden del universo habría evolucionado desde los estados más primarios hasta los actuales sin poder describirse de manera exacta. Las tesis materialistas tuvieron un carácter moderado y se aplicaron a:
La cosmología: el movimiento de los átomos podía llegar a producir galaxias enteras pero no se exageraba el conocimiento de los pasos intermedios.
La psicología: el hombre es un conglomerado de pasiones y de sentimientos de dolor y placer, pero estos sólo se podían controlar de una manera limitada.
La cultura: la concepción del hombre y la moral no se podía explicar desde el movimiento de los átomos. La realidad humana era algo más complejo.
La Ilustración no había apostado nunca por una concepción dogmática del mundo. Los filósofos ilustrados se mostraron escépticos respecto a los grandes sistemas metafísicos de Leibniz y Spinoza y adoptaron distintas actitudes: irónica (Voltaire), desenfadada (Diderot) y crítica (Kant).