Introducción
El butano (de ácido butírico y éste del latín butyrum, ‘manteca’ y del sufijo -ano) es un hidrocarburo liberado en la fermentación de las mantecas rancias, de ahí su nombre. También llamado n-butano, es un hidrocarburo saturado, parafínico o alifático, inflamable, gaseoso que se licúa a presión atmosférica a -0,5 °C, formado por cuatro átomos de carbono y por diez de hidrógeno, cuya fórmula química es C4H10.
También puede denominarse con el mismo nombre a un isómero de éste gas: el isobutano o metilpropano.
Como es un gas incoloro e inodoro, en su elaboración se le añade un odorizante (generalmente un mercaptano) que le confiere olor desagradable. Esto le permite ser detectado en una fuga, porque es altamente volátil y puede provocar una explosión.
En caso de extinción de un fuego por gas butano se emplea dióxido de carbono (CO2), polvo químico o niebla de agua para enfriar y dispersar vapores.
El butano comercial es un gas licuado, obtenido por destilación del petróleo, compuesto principalmente por butano normal (60%), propano (9%), isobutano (30%) y etano (1%).
Aplicaciones
La principal aplicación del gas butano (C4H10) es la del combustible en hogares para la cocina y agua caliente, y en los mecheros de gas. No suele consumirse en grandes cantidades debido a sus limitaciones de transporte y almacenaje.
No es adecuado para su transporte vía gasoductos ya que por su alta temperatura de licuefacción se podría condensar en las conducciones. De hecho se eliminan los restos de butano y propano del gas natural por este motivo.
Propiedades físico-químicas
Color: incoloro.
Olor: sustancia inodora cuando es pura. Por lo que se le añade otra sustancia (normalmente el metil mercaptano) de olor característico con motivo de evitar accidentes.
Densidad relativa de vapor (aire=1): 2,1
Solubilidad en agua: 3,25 ml/100 ml a 20 °C
Punto de ebullición: -1 °C
Punto de fusión: -138 °C
Peso molecular: 58,1 u
Poder calorífico superior: 49.608 kJ/kg aprox.
Entalpía de combustión= -687,4 kcal/mol (el signo indica que cede energía).
Precauciones con el gas butano
La inhalación de gas butano provoca somnolencia y posible pérdida de conocimiento. No obstante, estos síntomas no tienen nada que ver con los provocados por la inhalación de monóxido de carbono, la denominada muerte dulce. Este último caso es mucho más peligroso y está provocado por la mala combustión de los aparatos de gas.
El gas butano no huele, por lo que para su comercialización se le añade una sustancia sulfurosa que, en caso de escape, alerte de la presencia de gas. La concentración debe ser alta para que se detecte mucho antes de que llegue a ser peligroso como para provocar la muerte por asfixia de una persona.
En cuanto se perciba el olor se debe cerrar la válvula de gas, abrir las ventanas y cerrar la puerta de la estancia. A continuación, se ha de alertar a un servicio de emergencia y salir de la vivienda.