Poesía épica

Definición

Poesía épica o Epopeya, género poético que se caracteriza por la majestuosidad de su tono y su estilo. Relata sucesos legendarios o históricos de importancia nacional o universal. Por lo general se centra en un individuo, lo que confiere unidad a la composición. A menudo introduce la presencia de fuerzas sobrenaturales que configuran la acción.

Son frecuentes en ella las descripciones de batallas y otras modalidades de combate físico.

Las principales características del género son la invocación de las musas, la afirmación formal del tema, la participación de un gran número de personajes y la abundancia de parlamentos en un lenguaje elevado.

En ocasiones ofrece detalles de la vida cotidiana, pero siempre como telón de fondo de la historia y en el mismo tono elevado del resto del poema.

Características

Alternancia de discursos que tiene como origen la observación aristotélica de la diferencia entre mímesis y diégesis, es decir, entre narración y descripción.

Pueden basarse en hechos verdaderos o inventados.
La narración se realiza en pasado.
El narrador puede aparecer en la obra o no. No está siempre presente, como en el género lírico, pero tampoco desaparece por completo, como ocurre en el género dramático.
La forma que se utiliza preferentemente en la obra literaria épica o narrativa es la prosa o el verso largo.
Tiende a incluir los demás géneros (lírico, dramático, didáctico) razón por la cual suele ser de mayor extensión.
Puede presentar divisiones en su estructura externa tales como capítulos, epígrafes.
Posee las siguientes variantes o subgéneros: epopeya, cantar de gesta, romance, cuento tradicional, mito, leyenda, relato, novela.
Cada uno, a su vez, cuenta con diferentes tipologías o clases de textos, especialmente el mito, el cuento tradicional y la novela.

Puede ser de dos formas: directa e indirecta.
También puede ser de carácter ideológico.
Mezcla lo real con lo fantástico.
Magnificación de la figura de héroe a través de las hazañas que realiza.

Épica popular

La épica se divide en épica culta y épica popular. La épica popular se desarrolló a partir de la poesía popular transmitida oralmente por los bardos, juglares u otros autores, y ocasionalmente escrita por poetas anónimos.

Entre las principales obras del género destacan la epopeya anglosajona Beowulf, El cantar de los nibelungos, de un anónimo autor austriaco, y las epopeyas indias Mahabharata (Gran Historia) y Ramayana (Historia de Rama).

Los acontecimientos narrados en estos poemas se basan en leyendas o hechos ocurridos mucho tiempo antes de su composición. Los personajes y episodios que figuran en gran parte de la épica popular están presentes en canciones populares anteriores al poema.

Un ejemplo claro son los poemas épicos populares conocidos como cantares de gesta, compuestos entre finales del siglo X y mediados o finales del siglo XI, el más famoso de los cuales es la Canción de Roldán (c. 1100).

En la literatura española destaca el Cantar de mío Cid (c. 1140), basado en el heroico personaje de El Cid, protagonista de numerosas baladas y poemas que nunca alcanzaron proporciones épicas.

Épica culta

La épica culta es obra de poetas conocidos que cultivan de manera consciente una forma amplia y antiguamente establecida.

Al igual que la épica popular se ocupa de las tradiciones, los mitos o la historia de una nación. La épica nacional latina alcanza su cima con la Eneida de Virgilio en el siglo I a. C..

Esta obra figura entre las más grandes epopeyas de la literatura mundial. El poeta persa Firdawsi se basó en fuentes históricas para componer la gran epopeya nacional, Shah-Namah o Libro de reyes (1010).

Entre las principales muestras de épica culta europea cabe mencionar Los Lusíadas, la epopeya nacional portuguesa escrita por Luís (Vaz) de Camões; las italianas Orlando furioso, de Ludovico Ariosto, y Jerusalén liberada, de Torquato Tasso; la Mesíada del alemán F. G. Klopstock; o el Kalevala del finlandés de E. Lönnrot; o la hispanoamericana La Araucana de Alonso de Ercilla.

Puede añadirse, aunque sea de época mucho más tardía, La Atlántida del catalán Jacint Verdaguer, una obra de honda grandeza.

Componentes básicos del género

La intriga es la trama o argumento, lo que pasa, lo que se cuenta. La forman los sucesos, expuestos en orden artificial o artístico.
El personaje tiene un objetivo o ideal concreto y ha de superar una serie de obstáculos para alcanzarlo. Puede tener contactos con una divinidad (misión), especialmente en la épica grecolatina.
La caracterización: caracterizar a un personaje es dotarlo de atributos materiales, temperamentales, morales, ideológicos, etc.
El punto de vista: se trata de analizar el punto de vista del autor con respecto a lo que nos está contando.