El positivismo
El positivismo es la corriente teórica que va a ser ciencia social siguiendo el modelo de las ciencias naturales. Se caracteriza por dar una explicación causal de los hechos, el predominio del método experimental y el matiz predictivo del conocimiento con el fin de dominar la naturaleza. El positivismo aborda los fenómenos sociales bajo el enfoque de las ciencias naturales. Su fundador es Augusto Comte, quien fuera discípulo de Saint-Simon.
Comte afirma que la sociedad y el conocimiento han pasado por tres etapas, constituyendo cada etapa un estado más avanzado de progreso. La primera etapa es la teológica, en la que la explicación de la realidad se hace en forma mitológica y la atribuye a la divinidad.
La siguiente es la etapa metafísica, en la que el hombre explica los fenómenos de manera especulativa, atribuyendo a las cosas, fuerzas, sustancias o potencias que las mueven; estas potencias y sustancias, en la medida en que no son objetos de nuestra sensibilidad, sólo pueden ser supuestas.
La tercera etapa es la positiva o científica, en la que el conocimiento se construye sobre lo dado, sobre lo puesto y no sobre lo supuesto. El conocimiento tiene una base empírica y un método: el experimental.
Para tener acceso al objeto de conocimiento debemos, según esta corriente, acercarnos al mismo con el menor número de supuestos acerca de él, de lo contrario corremos el riesgo de no ser objetivos en nuestra explicación del mismo.
Comte, como todos los positivistas que lo siguieron, no es un crítico de su sociedad: toma la sociedad de su tiempo, como lo que debe ser.
La Sociología, ciencia de la que es fundador, a la que en un principio llamó Física Social, se ocupa de la sociedad en sus aspectos estático y dinámico. El aspecto estático de la sociedad lo constituye el orden, que debe existir para que se logre su dinámica, es decir, el progreso.
La corriente positivista expresa la visión de la realidad social de la clase burguesa que recientemente había asumido el poder político y económico, antes detentado por la nobleza, el clero y los señores feudales.
La corriente antipositivista considera que los hechos sociales, en tanto que hechos humanos, tienen una interioridad que debe ser comprendida, más que explicada. Los actos humanos tienen una dimensión teleológica: son actos dirigidos hacia el logro de un fin.
La elección de uno u otro fin depende de juicios valorativos, y no atender a los fines y valores que los determinan es dar una falsa explicación de los hechos.
El materialismo histórico dialéctico
El materialismo histórico-dialéctico, también conocido como teoría materialista de la historia o marxismo , es una de las corrientes de las ciencias sociales que, al contrario del positivismo, ve el estudio de la sociedad como algo distinto del estudio de la naturaleza.
Se considera una corriente revolucionaria porque no sólo pretende explicar la realidad social, sino que básicamente trata de transformarla. Para transformar la sociedad debe criticarla. No se puede quedar sólo con lo que se observa, como el positivismo, sino que debe atender a la realidad social que se está viviendo, comprender su presente para proyectar el futuro.
El marxismo es la corriente teórica que surge en el contexto histórico propiciado por la Revolución Industrial, que genera la gran desigualdad entre las clases sociales del siglo XIX. El marxismo se nutre de las teorías de los socialistas utópicos como Claude-Henri de Saint-Simon, Carlos Fourier y Roberto Owen, que propusieron diversas medidas para disminuir o erradicar la pobreza y la explotación a que se encontraban sometidas grandes masas de la población.
También tiene relación intelectual con los economistas clásicos Adam Smith y David Ricardo, que estudiaron la teoría del valor, la división del trabajo y el origen de la riqueza. El marxismo, en contraposición al positivismo, ve a la sociedad en su aspecto dinámico e histórico. Considera que toda teoría, que toda explicación de la sociedad, está marcada por el contexto social y económico en que se produce.
Para el marxismo no existe neutralidad científica, pues desde la elección del objeto de estudio el investigador ya es parcial. La objetividad científica no consiste en acercarse al objeto de estudio sin presupuestos y sin juicios de valor, como afirma el positivismo, sino en hacer explícitos esos presupuestos y juicios.
Teoría crítica
Teoría crítica, en filosofía, se denomina al cuerpo teórico principal de los filósofos y otros pensadores de diferentes disciplinas adscritos a la Escuela de Frankfurt: Theodor Adorno, Walter Benjamin, Max Horkheimer, Herbert Marcuse, Jürgen Habermas, Oskar Negt o Hermann Schweppenhäuser, Erich Fromm, Albrecht Wellmer y Axel Honneth entre otros.
La escuela de Frankfurt surge como grupo filosófico en el periodo posterior a la primera guerra mundial (1922-1985), en un panorama en el que el proletariado no había producido la revolución como lo había previsto Marx, y por el contrario había fracasado completamente en Alemania, aunque se produjo en contextos agrarios como el ruso, con condiciones materiales opuestas a las previstas por Marx, como los países industrializados.
Desde esta perspectiva la Teoría Crítica se opone a la Teoría Tradicional como a la teoría que surge en el círculo de Viena llamado Positivismo Lógico y esto en dos niveles:
En el Plano Social, ya que la ciencia depende, en cuanto ordenación sistemática- de la orientación fundamental que damos a la investigación (intereses intrateóricos), como de la orientación que viene dada dentro de la dinámica de la estructura social (intereses extrateóricos).
En el plano teórico-cognitivo, denuncia la separación absoluta que presenta el positivismo entre el sujeto que conoce y el objeto conocido. Es decir, que cuanto menos se meta el investigador en lo investigado, gracias al método, más objetiva y verdadera es la investigación.
De esta manera, se pierde el aporte del sujeto dos sujetos que hacen ciencia, se absolutizan los hechos y se consolida, mediante la ciencia un orden establecido (establishment).
Es decir, las ciencias pierden su carácter transformador, su función social. En este sentido, ?los resultados positivos del trabajo científico son un factor de autoconservación y reproducción permanente del orden establecido?.
El neopositivismo
Entre el primer cuarto del siglo XX y la Segunda Guerra Mundial se da un renacimiento de la lógica que, junto con la filosofía kantiana, producirá el movimiento intelectual conocido como neopositivismo o neokantismo. Pero, ¿en qué consiste este movimiento? ¿En qué se basa?.
El neopositivismo , fiel al apriorismo, entiende a la ciencia como un conjunto de enunciados sujetos a comprobación empírica.
Si la materia de la que se nutre el conocimiento son las experiencias sensibles, y la razón, por su parte, las ordena mediante las categorías y las intuiciones de tiempo y espacio, sólo la observación, la experimentación y la comprobación de esas sensaciones y su comparación con los enunciados lógicos puede considerarse explicación científica; lo que equivale a tomar como paradigma de las ciencias a las ciencias naturales, haciendo del método de tales ciencias el único posible.
Por ejemplo, pensemos en la justicia, el bien, la belleza o cualquier otro valor. En tanto que estos valores escapan a nuestra sensibilidad, no son fenómenos; la razón no puede emplear categorías para ordenarlos y, por tanto, la ciencia no puede decir nada sobre ellos.
Las dificultades que encuentran las ciencias sociales para cumplir con los requisitos de experimentación y verificación que les impone la visión positivista y neopositivista de la ciencia, hacen que estas disciplinas, dentro de la concepción causalista, no pasen de seudociencias.
Dentro de la corriente neopositivista, Popper (1902) realiza una crítica a la exigencia empirista y de verificación de esta corriente.
Él señala que la ciencia, más que inductiva (que parte de lo particular a lo general), es deductiva (va de lo general a lo particular) y propone hipótesis para verificarlas en los casos particulares, pero, como no se pueden verificar todos los casos posibles, la hipótesis se tendrá por verdadera mientras no surja un hecho que la contradiga.
El requisito de verificación es sustituido entonces por el de falsación, que consiste precisamente en que la niegue. Con lo anterior, la ciencia pierde su condición de saber verdadero e inmutable para convertirse en un conocimiento probable, conjetural y siempre perfeccionable.
Así como existe una postura que retoma al positivismo y lo adapta al contexto histórico actual, ¿pueden existir otras teorías que fundamenten sus principios en los antipositivistas?, si es así ¿qué características deberán mantener?.