Entre los grupos indígenas de México, el vestido distingue a los diferentes grupos étnicos entre sí, e inclusive dentro de cada grupo distingue el cargo o rango ocupado por su portador.
El traje se convierte así en un símbolo de status social, que refleja los méritos que el individuo ha acumulado en el servicio hacia la comunidad. Entre los indígenas cada dibujo tiene una tradición, no se elige porque sea bonito, sino porque identifica al portador con su propio grupo étnico.
En los grupos que nos ocupan la mujer es la que viste a su comunidad desde la preparación de la fibra hasta la prenda terminada. La misma tierra proporciona lo necesario para que sus moradores se vistan.
El hecho de haberse elaborado en el mismo pueblo, por sus propias mujeres y con el producto de su tierra como materia prima, otorga al vestido una importancia especial, los habitantes lo llevan con orgullo, porque es una expresión profunda de su cultura y su tradición.
Una de las principales jerarquías la formaban los sacerdotes, su vestuario solo constaba de dos piezas:
Maxtlatl: Taparrabo, era una banda de algodón que se usaba entre la entre pierna y se ataba en la cintura.
Tilmatl: Es un lienzo de manta anudada en el cuello.
El vestuario de los sacerdotes era especial cuando hacían sus cultos religiosos, llenos de color y esplendor.