Los senos son la parte del cuerpo que más variaciones experimentan durante el embarazo:
– Cosquilleo, hinchazón, sensibilidad al tacto o molestia. Para muchas mujeres, uno de los primeros signos del embarazo es la molestia en el pecho. Esa molestia está ocasionada por la mayor cantidad de hormonas femeninas en el cuerpo.
– Aumento del tamaño: A principios del embarazo, se acumula grasa en los senos. Las glándulas mamarias aumentan de volumen. Es posible que a las seis semanas los senos hayan crecido notablemente incluso una talla o más. El pecho seguirá creciendo en tamaño y peso durante los tres primeros meses del embarazo.
– Picazón y estrías: A medida que crecen los senos y se estira la piel, es posible que sientas picazón o veas estrías.
– Venas más grandes: Debido al aumento en el suministro de sangre a los senos, es posible que aparezcan venas azuladas debajo de la piel.
– Pezones: Los pezones oscurecen su color y pueden notarse más.
– Aréolas: Las aréolas (círculos de piel que rodean los pezones) se vuelven más oscuras y crecen. Las pequeñas glándulas de la superficie de las aréolas se elevan y se tornan irregulares. Esas irregularidades o bultitos producen una sustancia aceitosa que evita que los pezones se resquebrajen o resequen.
– Secreción: Para las semanas 12 a 14 del embarazo, algunas mujeres tienen secreciones de los senos. Esa secreción es el calostro, el líquido que nutre al bebé los primeros días después del parto antes de que los senos comiencen a producir leche. El calostro puede salir por sí solo, al masajear el seno o durante la excitación sexual. A principios del embarazo, el calostro suele ser espeso y amarillo. Al acercarse el momento del parto, se torna más pálido y casi incoloro.