Introducción
Para lograr una comunicación afectiva se requiere saber que al hablar se producen movimientos que acompañan a la palabra (se mueven la cabeza, brazos, manos, etc.) y que apoyan la intencionalidad del mensaje, este conjunto de movimientos es lo que forma el lenguaje kinésico. Los movimientos, las posturas del cuerpo consciente o inconscientemente conforman el sistema kinésico, comunicando o matizando los discursos.
También incluye los movimientos aprendidos, de percepción visual, audiovisual y táctil, que ligados a las combinaciones lingüística y paralingüística poseen valor comunicativo. Se cree que es uno de los más antiguos, probablemente se desarrolló antes que el lenguaje verbal. Varía dependiendo de los factores étnicos y culturales. Por ejemplo, los japoneses e ingleses lo utilizan en mínimas ocasiones, mientras que los africanos y árabes es frecuente su uso.
Este lenguaje sirve para ilustrar lo que se va diciendo, debido a que los movimientos “marcan” las partes del discurso, se podrían considerar como una especie de “sistema de puntuación” que sirven para ampliar o complementar la intención de comunicación; también indican estos motivos (como ansiedad, tensión, nerviosismo, etc.) y mantienen el flujo de la conversación.
Del cuerpo, el rostro constituye la región más importante en el plano expresivo y comunicativo; constituye el canal preferido para la expresión de las emociones; manifiesta las actitudes interpersonales y produce señales importantes de interacción.
Gestos
Los gestos son los movimientos con la cabeza, la cara, las extremidades, las miradas, ya sean conscientes o inconscientes, o dependientes o independientes del sistema paralingüístico, que se conjugan o alternan con el lenguaje verbal.
Maneras
Toser, comer, hablar, son ejemplos de las maneras de cada región. Sean conscientes o dinámicas, son aprendidas socialmente según cada contexto situacional, las cuales se alternan o conjugan con el discurso.
Posturas
Las posturas pueden ser estáticas, tienen un factor consciente o inconsciente y se pueden ritualizar, al igual que las maneras. También se utilizan menos en la comunicación.
Para obtener la fluidez cultural no verbal, es necesario dominar éstas tres categorías. Se necesita aprender las maneras y las posturas para añadirlo a los gestos y así poder comunicarnos debidamente. Las tres categorías pueden ser libres o trabadas, esto quiere decir que sólo participan los órganos del emisor de forma independiente, sin contactos con otros ni con recursos objetuales o que los órganos que participan se traban entre sí o entran en contacto con partes del cuerpo con otras personas.