Aprender a escribir, al igual que a leer, forma parte de las habilidades básicas que nuestro hijo aprende cuando es pequeño. Este aprendizaje suele comenzar, en general, en torno a los cuatro años. Aunque es en el colegio donde va a aprender cómo escribir, podemos estimulares desde casa, animándoles a escribir las letras y a ayudarle a comprender que cada sonido corresponde a una letra. Eso sí, este aprendizaje debe ser siempre entretenido y relajado, para que el niño no se sienta presionado. De ese modo facilitaremos su aprendizaje.
Los niños imitan a su padres: Si te ven leyendo el periódico todos los días, es posible que un día descubras que él también hace lo mismo.
Lee diariamente un cuento con el niño: primero hazlo tú y después anímale a que lo intente él. Si aún no sabe, lo interpretará a su manera. Jugar a descubrir en el texto letras y palabras que conozca.
Explícale lo que aparece escrito en cualquier objeto de su entorno: en la caja de cereales, en su jarabe para la tos, en una valla publicitaria… Así le enseñas nuevas palabras y fomentas su curiosidad. Terminará preguntándote continuamente “¿qué pone ahí?”
Repasar juntos todos sus trabajos de clase. Valora su esfuerzo y evita presionarle.
Pregunta a su profesor por el material más adecuado para trabajar con tu hijo. Cada uno de los sistemas de lectoescritura usa herramientas distintas. La cartilla es el instrumento clásico del método tradicional y las fichas que identifican las imágenes con sus nombre.