El modelo lineal de Shannon y Weaver

En 1948, Shannon y Weaver lanzaron una teoría matemática de la comunicación, casi al mismo tiempo que LASWELL elaboró su fórmula de cinco elementos. Se trata de un modelo de comunicación o, más exactamente, de una teoría de la información pensada en función de la cibernética, la cual es el estudio del funcionamiento de las máquinas, especialmente, las máquinas electrónicas.

Cuando Shannon habla de información, se trata de un término con un sentido completamente diferente del que nosotros le atribuimos en general (noticias que nos traen a diario la prensa, la radio y la TV). Se trata para él de una unidad cuantificable que no tiene en cuenta el contenido del mensaje.

El modelo de Shannon se aplica entonces a cualquier mensaje independiente de su significación. Esta teoría permite, sobre todo, estudiar la cantidad de información de un mensaje en función de la capacidad del medio. Esta capacidad se mide según el sistema binario (dos posibilidades, O o l) – en bits (binary digits) asociados a la velocidad de transmisión del mensaje, pudiendo esta velocidad ser disminuida por el ruido.

Claude Shannon dice que el tiempo necesario para transmitir información es proporcional a la cantidad de información transmitida sea, si se transmite más información, será necesario mayor tiempo. El tiempo que mida entre la aparición de la serial y la presión sobre la tecla es proporcional al logaritmo en base 2 de la cantidad de estímulos posibles.

En esto tenemos una cualidad psíquica, que depende del grado de indeterminación del estímulo esperado y de la probabilidad de aparición del mismo; a estimulo más probable, la respuesta es más fácil; en cambio, si el estímulo es menos probable, el tiempo será mayor siguiendo así una proporción logarítmica. Aquí se habla de que la percepción de una señal es un proceso de identificación; el sujeto identifica imágenes con otras imágenes que tiene «pre-paradas» para percibir (principio económico que se encuentra en el origen del pre-juicio). Por eso, si una persona nos habla en una lengua o jerga desconocida para nosotros, tenemos dificultad para captar el significado del signo aunque captemos los sonidos; es el ‘aparato aceptor’ o modelo de referencia del que nos habla K. Anojin.

En condiciones iguales, el tiempo de reacción de un individuo, ante una elección, depende de varias causas:

Primero: De la diferenciación de los estímulos, es decir, a estímulos más diferenciados, el tiempo de reacción será menor.

Segundo: La compatibilidad entre el estímulo y la respuesta: cuando la codificación y la decodificación se efectúan por mecanismos similares, el tiempo de reacción será menor.

Tercero: En el entrenamiento, un individuo puesto en la misma situación para una determinada elección tardará menos tiempo en la medida en que el proceso se vaya cumpliendo regularmente de igual manera.

Cuarto: El mensaje fáctico, tiene como objetivo principal el control del circuito que permite la comunicación (¿escuche, me oye?=.

Quinto: El lenguaje metalisngüistico se propone explicitar los términos que utiliza (sirva de ejemplo lo que estamos haciendo en este momento).

Sexto: El mensaje poético, que no se limita al terreno de la poesía,?Jacobson entiende como poético toda comunicación en donde el acento queda situado en el mensaje por propia cuenta, o sea, toda comunicación en donde los signos han sido tratados con especial cuidado.

El modelo de Shannon se representa por un esquema compuesto por cinco elementos: una fuente, un transmisor, un canal, un receptor, un destino. Dentro de este modelo incluimos el ruido, que aporta una cierta perturbación.

Los elementos de Shannon y Weaver

Fuentes: El elemento emisor inicial del proceso de comunicación; produce un cierto número de palabras o signos que forman el mensaje a transmitir. Por ejemplo, puede ser la persona que, habiendo descolgado el teléfono y marcado el número comienza á hablar. Puede ser, del mismo modo, el parlante de radio o televisión.

El transmisor: Es el emisor técnico, esto es. el que transforma el mensaje emitido en un conjunto de señales o códigos que serán adecuados al canal encargado de transmitirlos. Así en nuestro ejemplo, el transmisor transformará la voz en impulsos eléctricos que podrán ser transmitidos por el canal.

El canal: Es el medio técnico que debe transportar las señales codificadas por el transmisor. Este medio será, en el caso del teléfono, los cables, o la red de microonda por la empresa telefónica en comunicaciones internacionales.

El receptor: También aquí se trata del receptor técnico, cuya actividad es la inversa de la del transmisor.

Su función consiste entonces en decodificar el mensaje transmitido y conducirlo por el canal, para transcribirlo en un lenguaje comprensible por el verdadero receptor que es llamado destinatario.

Es entonces el aparato telefónico, el receptor de radio o el televisor.

El destinatario: Constituye el verdadero receptor a quien está destinado el mensaje. Será entonces la persona a quien se dirige el llamado telefónico o el conjunto de persona-audiencia de radio o de TV.

El ruido: Es un perturbador, que parásita en diverso grado la señal durante su transmisión: «nieve» en la pantalla de TV, «fritura» o «lloro» en un disco, ruidos de interferencia en la radio, también la voz demasiado baja o cubierta por la música; en el plano visual puede ser una mancha sobre la pantalla, un

cabello en el objetivo del proyector, una falla de registro gráfico, etc. También se debe considerar, muy especialmente, el ruido no técnico. Esto es, aquel que proviene del contexto psicosocial. Todos los elementos precedentes son considerados como ruidos que pueden, entonces, provenir del canal, del emisor, del receptor, del mensaje, etcétera.

El modelo de Shannon y Wever es muy atractivo debido a su relativa sencillez y flexibilidad.

No obstante, análisis más detenidos muestran que en realidad no es mucho más que un modelo E-R ampliado. Dicho modelo explica poco sobre la comunicación humana.

No obstante, análisis más detenidos muestran que en realidad no es mucho más que un modelo E-R ampliado.

Fuente: Modelos y Teorías de la Comunicación de la U de Londres