Aunque la agricultura es la principal actividad económica en la mayoría de las zonas rurales de la UE, los agricultores hacen más que producir alimentos. Suelen transformar sus propios productos y venderlos directamente a los consumidores. Además, la reforma de 2013 promueve la venta directa de productos alimenticios, a través de los mercados rurales, por ejemplo.
En torno a la mitad de la población de la UE vive en zonas rurales. Sin agricultura, poco quedaría para mantener vivas y unidas muchas comunidades. Si la agricultura desapareciera, en muchas zonas se crearía un problema de abandono de la tierra.
Por esta razón, la PAC brinda a los agricultores asistencia financiera para garantizar que sigan trabajando la tierra y crear puestos de trabajo adicionales en el ámbito de la renovación de los núcleos rurales, la conservación del paisaje, los proyectos de patrimonio cultural y muchas otras tareas directa o indirectamente relacionadas con la agricultura y la economía rural.
De este modo, se evita la despoblación rural, a pesar de las pocas oportunidades de trabajo y el elevado desempleo. Los servicios públicos —como las estructuras escolares y sanitarias— se mantienen y mejoran con objeto de dar a las personas buenas razones para quedarse en el campo y criar a sus hijos en él Es necesario reforzar el dinamismo de las pequeñas explotaciones familiares. Muchos agricultores tienen más de 55 años y se jubilarán de la agricultura activa en algún momento próximo.
La UE reconoce que la estructura demográfica de los agricultores se ha convertido en un motivo de preocupación. Ayudar a los jóvenes agricultores a empezar es una política indispensable si las zonas rurales de Europa han de superar con éxito los muchos retos que afrontan.
Fuente: http://europa.eu/pol/pdf/flipbook/es/agriculture_es.pdf