Las bases del sistema de seguimiento son:
El diseño y formulación proyecto que se expresan en una matriz del marco lógico con objetivos, resultados, indicadores, hipótesis y factores de riesgo.
El plan operativo anual y su presupuesto.
El cronograma o calendario de acciones.
Los informantes o fuentes de información.
Los receptores de la información.
Es necesario, por lo tanto, que cuando se realiza la planificación del proyecto se incluyan los recursos necesarios para la toma de datos y se programen en el tiempo las actividades de seguimiento que han de realizarse.
Por otro lado, las responsabilidades y la forma de presentación de los resultados deben establecerse claramente desde el comienzo del proyecto.
Los criterios fundamentales, a la hora de realizar el seguimiento serían los siguientes:
Continuidad de la justificación del proyecto: analizar si las condiciones de arranque y el diseño continúan siendo compatibles con la s prioridades de desarrollo, las necesidades, las capacidades y prioridades de las Municipalidades. Por otro lado habría que fijarse en los cambios que se producen en el ámbito nacional (inducidos o no por el proyecto), así como en la existencia de otras actuaciones sinérgicas de otras instituciones y proyectos. Hay seis grupos de factores sobre los que se puede considerar la pertinencia de un proyecto, que serán importantes, posteriormente, a la hora de valorar la sostenibilidad.
- Políticas de apoyo
- Aspectos institucionales
- Condiciones financieras y económicas
- Factores tecnológicos
- Factores socioculturales
- Factores medioambientales y ecológicos
Eficiencia del proyecto: ver el grado hasta el cual se suministraron y administraron los insumos, de qué manera se hizo y con qué costo.
Eficacia del proyecto: se ocupa de saber si el proyecto está dando los resultados esperados, o si puede esperarse que esto ocurra, y si éstos conducen al logro del objetivo específico. Para saber si un proyecto está resultando eficaz debemos tener una definición clara y precisa de los resultados esperados y del objetivo específico de la actividad. Su medición, por lo tanto será más sencilla cuanto mejor formulado esté el proyecto. Nos puede ocurrir que un proyecto resulte eficaz en cuanto a los resultados esperados, pero sin embargo éstos no conduzcan al logro del objetivo específico que habíamos programado. Habrá que ver si se trata de una mala formulación del proyecto, que deberemos revisar, o de factores externos que impiden esa correlación.
Viabilidad del proyecto: se ocupa de ver si tal y como se está ejecutando el proyecto, sus efectos perdurarán cuando éste finalice.
Mediante el seguimiento podremos simplemente indicar si es probable que los efectos del proyecto se mantengan en el futuro, pero la única forma de verificar la viabilidad es mediante una evaluación ex – post, con posterioridad a la finalización de la intervención.
Fuente: femica.org