Bosque, tipos

Introducción

El bosque es una comunidad vegetal, predominantemente de árboles u otra vegetación leñosa, que ocupa una gran extensión de tierra. En su estado natural, el bosque permanece en unas condiciones autorreguladas durante un largo periodo de tiempo. El clima, el suelo y la topografía de la región determinan los árboles característicos del bosque.

Tanto las plantas altas y grandes como la vegetación baja, que afecta a la composición del suelo, influyen en el tipo de vegetación que se da en el sotobosque. Alteraciones como los incendios forestales o la tala de árboles por parte de la industria maderera, pueden cambiar el tipo de bosque. Si no se dan estas circunstancias, el desarrollo ecológico puede llevar a la comunidad vegetal a su clímax.

Clasificación de los bosques

Se pueden distinguir ocho tipos fundamentales de bosques en función del clima y del tipo de hoja.

Los bosques caducifolios de las regiones templadas están prácticamente limitados a zonas continentales de latitudes medias del hemisferio norte, donde las precipitaciones se producen durante todo el año y se suceden una estación cálida y un invierno frío. Constituyen la típica formación de una gran parte de Europa, América del Norte y Asia Oriental. Pese a la distancia que los separa, todos estos bosques son muy parecidos, tanto en su aspecto como en las especies que los componen: alisos, abedules, hayas, carpes, castaños, tilos, olmos, nogales, robles, fresnos y arces.
Los bosques monzónicos de hoja caduca son característicos del Sureste asiático e India; también se desarrollan a lo largo de las costas del Pacífico en México y Centroamérica. El clima se caracteriza por fuertes precipitaciones, aliviado por periodos estacionales secos durante los cuales los árboles pierden sus hojas.
La sabana tropical cubre regiones comprendidas entre el desierto y el bosque tropical. En las sabanas, habituales en África y Sudamérica, conviven herbazales de distintas alturas con algunos árboles y arbustos frecuentemente espinosos y dispersos en espacios abiertos.
Los bosques de coníferas del norte de Eurasia y de América del Norte forman un cinturón en las regiones subárticas y alpinas del hemisferio norte. Es el bosque típico boreal, que limita con una formación semejante aunque más clara y abierta, la taiga, que da paso a la tundra. Piceas y abetos son las especies características de estos bosques septentrionales; el pino, el alerce, y la tsuga dominan hacia el sur, cuando las condiciones climáticas se tornan más benignas.
La pluvisilva es característica de África Central, cuenca del Amazonas y algunas regiones de Indonesia, donde las lluvias son abundantes y están bien distribuidas a lo largo del año.La vegetación es profusa y, debido a que la caída y el nacimiento de las hojas se produce continuamente, el bosque está siempre activo, en constante crecimiento. Las especies arbóreas son muy numerosas y forman estratos diversos a diferentes alturas. Se encuentran entrelazados por enredaderas leñosas y tienen grandes raíces, pero el crecimiento enmarañado de la jungla, que lo hace impenetrable, sólo sucede cuando la selva ha sido alterada por talas o incendios.
Los bosques templados y subtropicales de hoja perenne se localizan, principalmente, a lo largo de la costa de América del Norte, y en las regiones subtropicales de Asia Oriental e islas del Caribe, que tienen un clima marítimo templado y la humedad constante evita periodos de sequía que provocan la caída de las hojas. Los árboles característicos son los robles, los magnolios, las palmeras y las bromeliáceas.
Los bosques mediterráneos constituyen una variante dentro de la vegetación de las regiones de clima templado. Se trata de un bosque esclerófilo y siempre verde donde predominan las especies del género quercus, el roble, la encina y el alcornoque, y algunas coníferas como los cipreses y los pinos.
El monte bajo tropical se localiza en regiones con precipitaciones escasas y rodea bosques más húmedos. El clima seco ha dado lugar a la sustitución de las especies arbóreas por arbustivas; es el caso de los cerrados en Brasil, los chaparrales de California y los maquis en la cuenca del Mediterráneo.

La silvicultura

Es el cuidado de los bosques o montes y también, por extensión, la ciencia que trata de este cultivo; es decir, de las técnicas que se aplican a las masas forestales para obtener de ellas una producción continua y sostenible de bienes y servicios demandados por la sociedad.

El selvicultor emplea diferentes tratamientos selvícolas en función de lo que quiera obtener, como madera, leña, frutos, calidad ambiental. Por ello, la selvicultura siempre ha estado orientada a la conservación del medio ambiente y de la naturaleza, a la protección de cuencas hidrográficas, al mantenimiento de pastos para el ganado y a la fruición pública de los bosques.

Países con mayor área de bosques