Introducción
La fibra alimentaria se puede definir como la parte de las plantas comestibles que resiste la digestión y absorción en el intestino delgado humano y que experimenta una fermentación parcial o total en el intestino grueso. Esta parte vegetal está formada por un conjunto de compuestos químicos de naturaleza heterogénea.
Desde el punto de vista nutricional, y en sentido estricto, la fibra alimentaria no es un nutriente, ya que no participa directamente en procesos metabólicos básicos del organismo. No obstante, la fibra alimentaria desempeña funciones fisiológicas sumamente importantes como estimular la peristalsis intestinal.
La razón por la que el organismo humano no puede procesarla se debe a que el aparato digestivo no dispone de las enzimas que pueden hidrolizarla. Esto no significa que la fibra alimentaria pase intacta a través del aparato digestivo: aunque el intestino no dispone de enzimas para digerirla, las enzimas de la flora bacteriana fermentan parcialmente la fibra y la descomponen en diversos compuestos químicos: gases (hidrógeno, dióxido de carbono y metano) y ácidos grasos de cadena corta (acetato, propionato y butirato).
Éstos últimos pueden ejercer una función importante en el organismo de los seres vivos. La fibra dietética se encuentra únicamente en alimentos de origen vegetal poco procesados tecnológicamente, como los cereales, frutas, verduras y legumbres.
¿Por qué las fibras son tan importantes para el organismo?
Antiguamente se subestimaba la importancia de las fibras, creyendo que, porque no son digeridas, desempeñaban un pobre papel en la nutrición y en las grandes funciones del organismo.
Hoy en día, a los elementos nutritivos esenciales que provienen de los glúcidos, lípidos o prótidos, es preciso añadir las fibras. Merced a cuidadosos estudios y ayudados por estadísticas a escala mundial, los investigadores advirtieron la muy débil emergencia de ciertas enfermedades en los países en vías de desarrollo.
Estas enfermedades tales como la diverticulitis, hemorroides, várices, apendicitis, constipación, cálculos biliares y cáncer de colon afectan a un gran número de individuos en los países industrializados.
La alimentación apareció rápidamente como uno de los factores determinantes que podían explicar tales diferencias.
Es cierto que establecer una correlación no es demostrar una relación de causa- efecto. Pero uno de los elementos significativos es la riqueza en fibras en la alimentación de los habitantes de los países en vías de desarrollo.
¿Qué función tienen las fibras?
Las fibras poseen propiedades muy importantes:
Absorben el agua (hasta 5 veces su peso)
Aumentan el volumen de las heces (eliminan el estreñimiento)
Aceleran el tránsito intestinal
Permiten eliminar el colesterol y ciertas sales biliares
Disminuyen la cantidad de glucosa y de ácidos grasos en la sangre
Absorben los iones positivos
Ayudan a eliminar ciertas sustancias cancerígenas o cocancerígenas
Procuran un medio favorable al desarrollo de ciertas bacterias del colon, que producen sustancias útiles para el organismo y capaces de destoxificar agentes cancerígenos.
Finalmente, al dar una impresión de saciedad, obligan a reducir la cantidad de alimentos ingeridos.
Las fibras presentan el inconveniente de eliminar más rápidamente ciertas sales minerales (hierro, zinc, calcio). Esta perdida debe ser compensada con una alimentación bien equilibrada en minerales.
¿Dónde se encuentran las fibras alimentarias?
Las fuentes más cómodas para obtener fibras alimentarias son:
En mayor proporción:
Salvado de trigo, salvado molido, pan integral.
En no tan abundante proporción:
Repollo, papas sin cascara, coliflor, zanahoria, manzana, lechuga, apio y naranja.