¿Ha contribuido la publicidad a la capacidad de las masas para adquirir y disfrutar la mayor cantidad y variedad de artículos? La mayoría de la gente estaría de acuerdo en que la publicidad, a través de su contribución a un mejor mercadeo y venta en la economía de los Estados Unidos, ha hecho una considerable aportación al actual nivel de vida de la mayoría de los estadounidenses.
Junto con muchos otros, ha sido indudablemente, desarrollar en la gente la motivación para trabajar más y así adquirir algunos de los lujos y semilujos posibles por nuestro productivo sistema económico. La existencia de muchos nuevos productos y de los que han sido mejorados, así como el disfrute potencial realizado a través de su posesión, se han puesto del conocimiento de muchas personas a través de la publicidad. Ésta, indudablemente, ha hecho su parte al crear entre el público el deseo de trabajar y producir a fin de poder adquirir, poseer y disfrutar estas mercancías y servicios que elevarán sus estándares de vida más allá del nivel de la simple subsistencia.
El estudio más exhaustivo que se ha hecho sobre los efectos económicos de la publicidad llegó a la conclusión de que la publicidad ha contribuido en mucho a mejorar el nivel de vida, como lo muestra la conclusión del estudio:
La economía actual está aparejada a un alto nivel de consumo, y si deben estabilizarse altos niveles de producción y empleos, y la economía va a continuar creciendo, los consumidores van a tener que seguir manteniendo, si no aumentando, su nivel de vida en lo relativo a artículos materiales. Ciertamente, la publicidad desempeña una función importante para estimular este continuo alto nivel de vida entre la mayoría de los estadounidenses.
Esto es particularmente cierto a la luz del hecho de que una gran parte de la producción actual es de artículos que no son necesarios para satisfacer necesidades psicológicas humanas, pero sí está destinada a satisfacer deseos psicológicos. Los consumidores potenciales de tales nuevos artículos, que pueden ser considerados de lujo o semilujo por nichos de mercado, deben ser “educados” para desear esos productos, si se quiere que la economía funcione bien. Una de las influencias clave para tal educación es la publicidad.