Un sistema autócrata suele definirse como el régimen político en el cual la autoridad del Estado se concentra en una sola persona (o grupo), que no legitima sus decisiones. En toda forma dictatorial de gobierno la autoridad política está concentrada en un solo hombre o en un pequeño grupo. El término se usa para describir formas modernas de absolutismo a veces disimulado tras una fachada de instituciones democráticas y constitucionales. Se dan diferentes sistemas autócratas modernos.
Los principales actualmente son las dictaduras (por lo general militaristas), y los totalitarismos (por lo general marxistas). La dictadura es, en esencia, el gobierno creativo de un individuo o de unos pocos, que ejecuta lo necesario sin legitimidad. En su forma moderna (fue notable en la antigüedad la dictadura romana constitucional), se trata ordinariamente en Latinoamérica de dictaduras militares, que se adueñan del poder para la conservación (y evolución reformadora) de un ordenamiento social existente y par el rechazo de movimientos revolucionarios que atentan contra él.
Son dictaduras funcionales, no-totalitarias. Sus actividades están ligadas al cumplimiento de determinadas funciones que sea antídoto contra aquellas fuerzas que, en caso de dejarlas sin freno, podrían erosionar y destruir el ordenamiento jurídico.
En general, estas dictaduras se caracterizan por tres cosas:
a) En ellas el ejército desempeña un papel independiente del partido o los partidos, pero papel decisivo para la totalidad del Estado, y que está en el centro de la burocracia.
b) Suelen tener carácter temporal o transitorios, sin ánimo de perpetuarse (como son todos los gobiernos totalitarios), y
c) La transformación que intentan de la sociedad no la apoyan en una estricta base utópicaideológica (como sí lo hacen los totalitarismos).