Con frecuencia se olvida que el dibujo no solo equivale a la representación gráfica de la realidad visible. El hombre al observar esa realidad y representarla mediante la imagen gráfica deriva conocimientos que luego aplica a la solución de problemas; sin embargo, percibir el objeto de estudio significa las más de las veces atribuirle una explicación ya conocida, estereotipada, sin imaginar que puede ya haber otras interpretaciones.
El testimonio gráfico más sobresaliente del estudio de la naturaleza lo encontramos en el renacimiento, es posible rastrear a través de la obra de sus grandes artistas el inicio de sus inquietudes, el desarrollo del dominio técnico y el establecimiento de métodos que posteriormente habrían de repetirse hasta el cansancio con grandes aportaciones. Después del encierro de la Edad Media, el libre acceso a la cultura deslumbra al hombre renacentista, que observa e interpreta todo lo que ve de manera nueva.
A partir de este panorama recreo su mundo e invento para eso la perspectiva, el dibujo, el claroscuro y el color local de las cosas, las cuales llevo al máximo del refinamiento. En los talleres de ayudantes se perfeccionaron, los métodos manuales de representación, con el fin de cumplir la gran tarea que se propuso realizar.