Comunicación simbólica-cultural

Cultural: Mitos, tradiciones, ritos

La representación figurativa del Cristo crucificado es un símbolo de la fe cristiana. Las aves, por su facultad de volar eran el símbolo del más allá de la vida para el hombre de la Edad de Piedra y para el indio de América del Norte.

La paloma en el catolicismo es el símbolo del Espíritu Santo. La figura de un toro para los antiguos hebreos eran el símbolo del dios. “El”. La representación de una calavera para el hombre contemporáneo simboliza el peligro de muerte o la muerte.

También la percepción del horizonte dio origen a la manifestación visual de la línea horizontal. La de la estrella boreal polar generó la conciencia de la vertical.

Y de esas dos aprehensiones del espacio surgió la cruz, en este caso, como símbolo del universo. Como vemos la cruz reúne dos contenidos simbólicos: uno concreto (Cristo crucificado) y otro abstracto (la representación del universo).

Un símbolo es entonces un fenómeno, una representación concreta o abstracta que la mente relaciona con otro fenómeno.

Con un organismo humano vegetal o animal; con los cuerpos celestes del universo, con lo trascendental, como la vida o la muerte, con lo circunstancial, como las guerras, las epopeyas o las leyendas.

Los símbolos son signos artificiales que dependen de alguna convención construida por el hombre y pertenecen al plano de la imaginación y del inconsciente.

En su aspecto formal no poseen condiciones específicas puesto que su naturaleza es psíquica y no física. Son hechos psicológicos que conectan al hombre con el significado.

La tesis de Ernst Cassirer, basada en que “lo que distingue al hombre del animal es que su concepción simbólica del mundo” ha reflejado la nueva dimensión de la cual nacieron todos los procesos de simbolización.

Y entre estos considera vitales a los que generaron el lenguaje, las ciencias y los mitos. El objeto dibujado es por consiguiente de capital importancia para interpretar su representación simbólica. “Al principio- dice Adrian Frutiger – no fue el signo sino el objeto (o el fenómeno), porque su forma ha determinado su dibujo”.

Y a esa progresiva eliminación de lo accesorio la denomina estilización. Es decir que el proceso de simbolización contiene a otro, el de estilización o sintetización, ya que un símbolo, siendo una entidad compleja es siempre una síntesis.

Con el ceño fruncido expresamos -sintéticamente- la preocupación o el enojo, con la inclinación del cuerpo el hombre oriental expresa el saludo, con el pulgar hacia arriba muchas comunidades expresan la aceptación o e acuerdo, con un silbido según los países se expresa la aprobación o la desaprobación, prohibición vial.

De esta manera sintética llegamos a transmitir signos cargados de significación.

Pero a diferencia de los símbolos que son hechos psicológicos puros, los signos son representaciones visuales, auditivas o gestuales que dependen, según se aprecia, de aspectos culturales, sociales, religiosos.

Cuando se escribe una frase o cuando se iza una bandera en una nave, se produce un signo para expresar o comunicar algo.

Vemos que cada signo se caracteriza por la presencia de un elemento perceptible –un sonido, un color, un grafismo, un gesto- y por un elemento no perceptible- un concepto, una idea – al que se refiere.

El primero se define como significante y el segundo como significado. Aunque no todos los signos significan algo.

El rayo que anticipa el trueno, la huella, que evidencia el paso de un animal, las nubes grises que presagian la lluvia, no significan nada sino que indican, anticipan o evidencian un fenómeno. A este tipo de signos los llamados índices.

El hombre para comunicarse utiliza distintos tipos de signos a los que se puede clasificar por la materia de su significante en: vocales, gráficos y gestuales, o por el sentido requerido para percibirlos en acústicos, visuales y táctiles, o según la relación que establecen con respecto a aquello alo que aluden en icónicos, simbólicos e indicativos.

Cuando el signo visual ave, por ejemplo, cualquiera sea su forma alude a ave, establece con este una relación natural y directa. A este tipo de signos los denominamos íconos o signos icónicos.

Cuando el signo ave alude a la paz, a la libertad o a la vida, establece una relación indirecta o convencional porque transmite un significado por convención que es ajeno a él.

Alos signos de este tipo los denominamos símbolos o signos simbólicos. Cuando los signos no establecen ninguna relación directa ni indirecta, sino que solo indican, anticipan o señalan un fenómeno, como los ejemplos vistos del rayo, las huellas o las nubes, los llamamos índices o signos indicativos.

Esta clasificación es la que se a adoptado en este libro para referirnos a los de la naturaleza visual.

Roland Barthes clasificó a los signos en motivados y arbitrarios. Llamo motivados a los íconos aquellos que como vimos poseen una relación natural, no convencional entre el significante y el significado.

Los dibujos, las fotografías o los grabados de cualquier tipo que reproducen un objeto al cual se refieren, son los símbolos. Como también vimos, en éstos la relación entre significante y significado se establece en forma arbitraria y convencional.

Los signos visuales son aquellos que mediante una representación visual – manual o mecánica y figurativa o abstracta – establecen una relación directa o indirecta con lo que aluden.

A diferencia de los símbolos que son un hecho psicológico, los signos (icónicos, simbólicos o indicativos) son un hecho estético y se definen como tales por su configuración. Son grafismos que poseen una realidad material.

La tarea permanente del diseñador de comunicación visual reside en producir signos icónicos o simbólicos de forma tal que los destinatarios capten, de la manera más simple y rápida posible, el contenido intrínseco de los mensajes.

La capacidad comunicativa de esos signos dependerá de su simplicidad, ya que es la única cualidad que los recorta entre la complejidad de estímulos que pululan en un campo visual, y les permite comunicar la noción convenida en un mínimo de espacio y de tiempo.

Fuente: Introducción al Estudio de la Comunicación de la U de Londres