Fecundación

Introducción

Una vez formados los gametos, para que se produzca un nuevo ser es necesario que el óvulo y el espermatozoide se junten y fusionen, a este proceso se le denomina fecundación. En la especie humana la fecundación es interna, es decir se produce dentro del cuerpo de la mujer, concretamente en las Trompas de Falopio.

Para ello es necesario que se produzca la copulación o coito que consiste en la introducción del pene en la vagina y la posterior eyaculación del semen, en la actualidad existen técnicas de reproducción asistida mediante las cuales pude darse una fecundación in vitro, en el laboratorio).

Espermatozoide

El espermatozoide encierra en su “cabeza”, sobre el núcleo haploide, una vejiga, llamada cromosoma, que es capaz de liberar su contenido de enzimas para traspasar las barreras protectivas (corona radiata, cúmulo ooforo, y sobre todo la zona pelúcida) de la célula huevo u óvulo. Se trata de una auténtica explosión bioquímica.

Óvulo

El ovocito u óvulo es la célula más grande del organismo humano (diámetro aproximado de 0,16 mm), que ha acumulado en su propio citoplasma grandes cantidades de ribosomas, ARNm, ARNt, proteínas, glicógeno y lípidos, que utilizará si es fertilizado.

Condiciones apropiadas de la fecundación

La reproducción sexual requiere una serie de condiciones que llevan al desarrollo normal del cigoto y de la forma joven inmadura. Los padres se comportan de modo que estas situaciones y condiciones se vean favorecidas. En muchos animales acuáticos, como las medusas, las células sexuales se liberan en el agua y la fecundación se produce por casualidad.

La gran producción de óvulos y esperma aumenta la probabilidad de que esto ocurra. En otros animales como el salmón, los dos sexos se reúnen durante la época de reproducción y liberan los óvulos y el esperma cuando están próximos, lo que eleva la probabilidad de que se produzca la fecundación.

En algunas salamandras, el macho deposita su esperma en una masa gelatinosa que la hembra recoge con los rebordes de su cloaca, de modo que la fecundación de los óvulos es interna. En las ranas y los sapos la fecundación se produce por lo general fuera del cuerpo de la hembra. Hay un tipo de conducta reproductiva especial llamada acoplamiento, durante la cual el macho se coloca sobre el dorso de la hembra, y aproxima las células sexuales.

La copulación, o coito, es una conducta muy especializada en la que las células germinales del macho se liberan dentro del tracto genital de la hembra. Este depósito de líquido espermático en el cuerpo de la hembra se denomina inseminación. La copulación es utilizada por muchos gusanos parásitos, caracoles e insectos, y por todos los reptiles, las aves y los mamíferos.

No existe una secuencia evolutiva lógica de los hábitos reproductivos. Mientras que grupos muy diferentes de animales emplean los mismos métodos de fecundación, otros relacionados estrechamente difieren mucho en ellos. En general, la fecundación externa se produce con más frecuencia en los seres acuáticos y anfibios que en los terrestres, ya que la fecundación debe tener lugar en un medio húmedo, y el embrión resultante debe ser protegido de la sequedad.

En esencia, la reproducción sexual en las plantas es similar a la de los animales. La inmovilidad de las plantas ha sido la causa de que en la mayoría de los grupos se haya desarrollado una estrategia compleja, llamada alternancia de generaciones, para permitir la fecundación. Las plantas que poseen hojas, raíces, troncos y flores, son esporofitos, capaces de producir descendientes de forma asexual, como en la formación de bulbos. Esta generación esporofítica a su vez da lugar a la generación gametofítica, que se reproduce de forma sexual.

En las flores de los esporofitos se producen dos clases de esporas. Un tipo es la denominada grano de polen, que consiste en células que se desarrollan en un gametofito masculino. El otro tipo de espora se desarrolla en un gametofito femenino y contiene un óvulo. El gametofito femenino permanece protegido en la flor del esporofito femenino.

En la naturaleza, los agentes más importantes que transportan los granos de polen de una flor a otra son el aire, el agua y los insectos. Después de alcanzar el estigma de una flor, el grano de polen emite una prolongación denominada tubo polínico que se desarrolla por debajo del gametofito femenino. A través del tubo polínico se libera un núcleo espermático en el saco embrionario que contiene el óvulo, y se lleva a cabo la fecundación.

Entonces, se forma en el óvulo un saco embrionario que rodea al embrión resultante, formando una semilla. Este embrión es un esporofito joven que permanece latente hasta que es transportado por el viento, el agua o los animales hacia un lugar adecuado para germinar.