Concepto de desarrollo nacional

El problema del desarrollo nacional ha sido enfocado tradicionalmente desde un solo punto de vista, habitualmente el económico. Los políticos de derecha han adoptado este punto de vista por favorecer intereses económicos poderosos, y los de izquierda por creer en el determinismo económico. En cualquiera de los dos casos han dejado de lado los aspectos biológicos, culturales y políticos.

Semejante punto de vista es unilateral y por lo tanto erróneo. La sociedad está compuesta por seres vivos con necesidades biológicas, culturales y políticas; y la economía es un sistema abierto no sólo a la naturaleza sino también a la cultura y la política. Al ser erróneo el economicismo, sea de derecha o de izquierda, está destinado a fracasar en la práctica. En un caso porque favorece el desarrollo de una pequeña minoría de la sociedad, con lo cual limita el propio desarrollo de la economía. En el otro caso porque no logra conquistar la adhesión del público, condición necesaria para el éxito de cualquier plan ambicioso.

Según la concepción sistémica de la sociedad toda sociedad puede analizarse en cuatro subsistemas. Estos son el subsistema biológico (mantenido por relaciones de parentesco y por organizaciones de salud pública), el económico (mantenido por relaciones de producción, intercambio y consumo), el cultural (mantenido por relaciones de información), y el político (mantenido por relaciones de poder y de participación en éste). Por consiguiente, tanto el desarrollo como el subdesarrollo de una comunidad, región o nación, puede ser biológico, económico, político, o cultural.

Puesto que los cuatro subsistemas son parte de una misma sociedad, están fuertemente ligados entre sí y, por estarlo, ninguno de ellos puede estudiarse adecuadamente con independencia del otro. Y, por estar ligados, el avance de uno cualquiera de ellos causa o requiere el adelanto de los demás. Por ejemplo, la industrialización moderna no se logra sin niveles sanitarios y culturales adecuados que eviten el ausentismo y permitan el manejo de una organización política (incluyendo el régimen jurídico) adecuada y estable.