Por una parte, el mercado de consumidores alude a 4 bases de segmentación:
- geográfica,
- demográfica,
- psicográfica y
- por comportamiento.
Es decir, aquellas características que describen las poblaciones humanas (en términos estadísticos), sus estados psicológicos y sus pautas conductuales. Estas últimas, relacionadas con la manera de pensar, sentir y desenvolverse de las personas.
Las bases de segmentación geográfica abarcan la región, el tamaño de la localidad, los índices de población (densidad, distribución y crecimiento), el grado de urbanización (rural, suburbana y urbana), así como el clima.
Las bases demográficas advierten el sexo, la edad, el ciclo de vida familiar, la educación, la ocupación, el ingreso, la clase social y el origen étnico.
Las bases psicográficas contemplan la personalidad, los valores y el estilo de vida de los consumidores. Es decir, el conjunto de actividades, intereses y opiniones que les caracterizan (AIO).
Una actividad es un comportamiento al que dedicamos nuestro tiempo, ya sea el trabajo, la escuela, las diversiones, entre otros. Un interés atañe aquello que consideramos importante y a lo que dedicamos nuestra atención, por ejemplo la familia, la comunidad o los medios de comunicación. Una opinión, en cambio, comprende una visión personal acerca de nosotros mismos y del mundo que nos rodea, la cual puede ser cuestionable.
Finalmente, las bases por comportamiento distinguen los beneficios deseados por el consumidor (en forma voluntaria, grupal o social), así como la tasa de uso (frecuencia), en relación a un producto.