Primeramente, debo aclarar que para utilizar dentro de la auditoría el enfoque del ciclo de operaciones se requiere de la identificación de:
– las principales áreas de actividad
– las principales clases de operaciones dentro de la actividad
– los pasos o funciones asociados con cada clase de operaciones
La especificación precedente es la que nos ayudará a definir cuáles ciclos intervienen en la actividad de la entidad auditada y sus operaciones particulares, y por ende, conocer mejor a la entidad.
Cuando el auditor cuenta con los elementos necesarios para efectuar el estudio y evaluación del control interno por ciclos de operaciones se procede a:
– Identificar las funciones de la entidad que forman un ciclo.
– Definir los objetivos de control interno aplicables a cada función.
– Documentar el estudio de los procedimientos del proceso de manera contundente (recuerde los métodos comunes: cuestionarios, gráfico, descriptivo y combinado).
– Definir y aplicar las pruebas de cumplimiento o, en su caso, de doble propósito que considere necesarias.
– Determinar si las técnicas de control interno que ésta usando la empresa contribuyen o no a lograr los objetivos de control interno aplicables.
– Evaluar los resultados del paso previo, es decir, determinar el grado de confianza en el sistema de control interno prevaleciente en la entidad.
– Determinar la naturaleza, extensión y oportunidad que dará a los procedimientos de auditoría.
Es común la práctica de enfocar la auditoría enfatizando las aseveraciones a nivel del ciclo de transacción.