La política agrícola común (PAC) tiene tres dimensiones:
- Apoyo al mercado,
- Apoyo a la renta y
- Desarrollo rural.
Las tres dimensiones están conectadas entre sí y la sostenibilidad general depende de su habilidad
para actuar colectivamente.
En cuanto al apoyo al mercado, hay que decir que la agricultura depende mucho más del tiempo y el clima que la mayoría de los demás sectores. Además, en agricultura hay un lapso de tiempo inevitable entre las señales de demanda y la posibilidad de respuesta de la oferta, y pequeños cambios en las cantidades producidas pueden tener consecuencias significativas en los precios ya que nuestro consumo de alimentos es muy constante en comparación con el de otros productos.
Estas incertidumbres justifican el importante papel que desempeña el sector público para garantizar la estabilidad de los agricultores. Se utilizan varios instrumentos que proporcionan redes
de seguridad para el mercado.
En cuanto a la segunda dimensión, la ayuda a la renta, los pagos directos no solo proporcionan a los agricultores unos ingresos básicos sino que también
garantizan la prestación de bienes públicos medioambientales.
La tercera dimensión es el desarrollo rural. Los programas nacionales, y a veces regionales,
de desarrollo se dirigen a las necesidades y retos específicos de las zonas rurales. Aunque los Estados miembros elaboran sus programas a partir de la misma lista de medidas, tienen flexibilidad para tratar las cuestiones que más les preocupan dentro de sus respectivos territorios con sus particulares condiciones económicas, naturales y estructurales. Como parte integrante de los programas de desarrollo rural, el «enfoque Leader» anima a los habitantes de una zona a ocuparse de los problemas locales.
Para la financiación de la política agrícola común se asigna un presupuesto máximo predeterminado (como con todas las políticas de la UE) para un período de siete años. Así se garantiza un límite de gastos y al mismo tiempo los agricultores pueden conocer los importes de los que disponen. Sucesivas reformas de la política agrícola común han mejorado la eficacia
de los instrumentos existentes.
Los menos eficaces se han ido sustituyendo gradualmente por otros más eficientes que han permitido a la PAC responder mejor a las necesidades de los agricultores, así como a las exigencias y deseos de los consumidores.
Las dos primeras dimensiones —el apoyo al mercado y el apoyo a la renta— se financian únicamente gracias al presupuesto de la UE, mientras que la dimensión de desarrollo rural se basa en la programación plurianual y está cofinanciada por los Estados miembros.