Introducción
Algunas causas que originan bajos rendimientos en el cultivo del trigo obedecen principalmente al uso de variedades poco productivas y con alta susceptibilidad a enfermedades causadas por hongos. Asimismo, el uso de bajas cantidades de semilla, menos de 180 kilogramos, en la siembra, la aplicación de bajas dosis de fertilizante, control deficiente e inoportuno de malezas y plagas, así como siembras establecidas en fechas tardías y mal manejo de agua, inciden directamente en la productividad del cultivo. En México el cultivo de trigo ocupa el tercer lugar en volumen de producción de granos, después del maíz y el sorgo. El 75 por ciento de la producción se obtiene en condiciones de riego y el 25 por ciento restante en temporal.
El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) en conjunto con la Fundación Produce Michoacán desarrollaron una serie de estudios de campo que arrojaron resultados interesantes en cuanto a la mejora del cultivo del trigo; sobresale el caso de Michoacán donde los rendimientos promedio por hectárea obtenidos bajo condiciones de riego son de cuatro toneladas, y de una y media para temporal, los cuales pueden superarse aplicando tecnología disponible.
A continuación se reproducen algunas de las técnicas que aplican al mejoramiento del cultivo en Michoacán pero que bien podrían adaptarse a las necesidades específicas de otros estados de la República.
Preparación del terreno
La preparación del terreno consiste en mover el suelo sólo lo necesario para facilitar la germinación de las plantas y la penetración de las raíces; la tendencia actual es hacia la sustitución de los arados de discos de vertedera, por implementos que no inviertan la capa de suelo trabajada, denominada labranza horizontal.
Variedades
Las variedades de trigo presentan diferencias en sus características agronómicas: los días que tardan en florecer y madurar, altura de la planta, color y tamaño de espigas y granos, calidad harinera, etcétera, las cuales varían de acuerdo con el tipo de suelo y condiciones de clima donde se siembren. Para realizar una adecuada selección del trigo que se va a cultivar, el productor debe considerar diferentes condiciones y necesidades, la información que a continuación se presenta corresponde a los resultados obtenidos en Michoacán.
Sembrar con variedades adecuadas, y en fechas o épocas apropiadas determina el éxito del cultivo. Por el contrario, las siembras de temporal efectuadas fuera de la época sugerida, están expuestas al riesgo de heladas, y en riego, a desajustes por la preparación del terreno.
La cantidad de 180 kilos de semilla por hectárea es suficiente para asegurar una buena población de plantas cuando se tiene semilla certificada y con un valor de germinación superior a 90 por ciento.
Mayores cantidades de semilla aumentan considerablemente el costo del cultivo, no así el rendimiento, normalmente el productor aplica cantidades mayores a las recomendadas, debido a una mala preparación del terreno, siembras tardías, semilla con bajo porcentaje de germinación, o por el uso de semilla no certificada.
La siembra
Tanto en temporal como en riego, se sugiere realizar la siembra al voleo en forma manual o con máquina sembradora. Cuando se siembra al voleo, la parcela debe dividirse en “besanas” más o menos iguales, con la finalidad de poder distribuir uniformemente tanto la semilla como el fertilizante; se ha observado que cuando la siembra se realiza manualmente, la semilla puede quedar muy enterrada o muy superficial, como consecuencia algunos lugares están muy tupidos y otros muy ralos de plantas.
Cuando la siembra se hace con máquina, la semilla queda enterrada a una misma profundidad, favorece una germinación uniforme y por lo mismo, asegura una buena población de plantas. La siembra debe hacerse en seco y a una profundidad de cuatro a seis centímetros.
En riego la siembra debe hacerse en melgas con suelo nivelado; se sugiere una anchura de 1.6 metros para una buena distribución del agua y evitar encharcamientos. Existen otros métodos que se recomiendan en el norte del país; como son las siembras en surcos, la cual puede practicarse en dos variantes: la de surco ancho (80-100 cm) con dos hileras de plantas en el lomo y también a tres hileras.
La separación entre los surcos y la distancia entre hileras, varía en función de la rotación de cultivos y la disponibilidad de equipo.
Riego
Uno de los principales factores que pueden limitar o favorecer la producción de trigo bajo riego, es la disponibilidad del agua y su distribución en el terreno; los riegos deben aplicarse oportunamente y en cantidades necesarias, de manera que las raíces cuenten con humedad para un buen desarrollo del cultivo, además de evitar encharcamientos, haciendo una buena nivelación y melgas o besanas lo más angostas posible.
Control de plagas
El principal problema de plagas en el trigo de temporal, es el ataque de gallina ciega, pulgones y gusano soldado, mientras que en el cultivo bajo riego, lo constituyen los pulgones del follaje y de la espiga.
Pulgones del follaje. Estos áfidos miden de uno y medio a dos milímetros, son alados, de cuerpo blando, de color verde pálido y tienen las patas cortas. Las hembras empiezan a llegar al cultivo desde que el trigo tiene de 35 a 40 días de nacido y se colocan en el envés de las hojas, tiran las alas e inmediatamente comienza la reproducción de pulgones que al principio de su desarrollo son muy pequeños.
Las poblaciones se incrementan con mucha rapidez, de manera que en poco tiempo la planta queda totalmente invadida y muere. Debido al tipo de daño que causan los pulgones, da la impresión de que la planta está madurando, pero si se intenta trillar, se encuentra que las espigas están totalmente vanas.
Pulgón de la espiga. Este insecto se presenta con mucha frecuencia en las áreas trigueras. Se le conoce comúnmente como mielecilla, porque produce una sustancia pegajosa que tiene aspecto de miel y se adhiere con facilidad a la ropa.
El pulgón es de un color verde intenso y con patas muy largas. Las hembras llegan al cultivo antes de que aparezcan las espigas y se colocan en las hojas superiores. Frecuentemente se forman poblaciones de pulgones en la hoja bandera, de donde pasan a la espiga en cuanto ésta aparece.
Esta plaga causa daño directo a los granos cuando se encuentra en estado acuoso o lechoso, chupándolos y dejándolos pequeños y arrugados.
El daño que causan los pulgones al trigo puede llegar a ser grave y si no se le controla oportunamente, las pérdidas por su ataque pueden llegar a ser hasta de 50 por ciento.
Los pulgones se pueden presentar desde que el trigo es muy pequeño, por lo que es necesario hacer inspecciones frecuentes desde etapas tempranas de su desarrollo y controlar los pulgones, para evitar que sus poblaciones crezcan. Un indicador para efectuar su control es cuando se encuentran de 10 a 15 pulgones por planta.
Gusano soldado. Se alimenta cerca del sitio donde nace. Durante el día se les encuentra en grietas del suelo, o bajo las piedras y se alimentan en la noche o muy temprano. Cuando el tiempo es húmedo, suelen alimentarse todo el día. Esta plaga defolia las plantas.
Las larvas se alimentan de las hojas y mastican desde los bordes hasta la nervadura central de las hojas; también se alimentan de las espigas. Esta plaga aparece cuando existen siembras de maíz cercanas infestadas con gusano soldado y la plaga se pasa al cultivo de trigo.
Gallina ciega. Esta es la larva del escarabajo. Los huevos son depositados en el suelo y cuando eclosionan, las larvas se alimentan de raíces. La duración del estadio larval previo a la aparición de pupas varía de una especie a otra, las larvas pueden vivir hasta tres años; la mayor parte de su actividad para alimentarse se cumple durante el segundo año. Los síntomas del ataque pueden cortar parcial o totalmente las raíces de las plantas, las plantas pueden sobrevivir, pero sufren enanismo y no producen espigas.
Fuente: www.2000agro.com.mx