A pesar de la fundamental importancia de la diversidad biológica y los servicios de los ecosistemas para el funcionamiento de la Tierra y de la sociedad humana, las actividades humanas están conduciendo a la pérdida de biodiversidad a un ritmo sin precedentes, hasta 1000 veces de la tasa natural de pérdida de especies.
Y pese a la importancia especíca de la diversidad de cultivos y ganado, y de la diversidad biológica agrícola por asociación, los avances en la producción agrícola en las últimas décadas se han logrado en gran medida sin una consideración muy importante respecto a la erosión de la biodiversidad.
El mayor impulsor de la pérdida de la biodiversidad terrestre en los últimos 50 años ha sido la conversión de hábitat, en gran parte debido a la conversión de los paisajes naturales y semi-naturales a la agricultura. La carga de nutrientes, especialmente de nitrógeno y fósforo, que en gran parte se derivan de fertilizantes y los euentes agrícolas, es uno de los mayores impulsores del cambio en los ecosistemas terrestres, de agua dulce y los ecosistemas costeros.
El cambio climático se prevé que se convertirá en uno de los principales impulsores de la pérdida de la biodiversidad, así como un grave desafío para la agricultura, cuya respuesta, de adaptación, se basará en la diversidad genética de cultivos y de ganado y de los servicios proporcionados por otros componentes de la diversidad biológica agrícola.
Fuente: https://www.cbd.int/doc/bioday/2008/ibd-2008-booklet-es.pdf