Evaluación estudiantil

Contenido: Introducción. Tipos de preguntas. Trampas en las evaluaciones. Resultados. Metaevaluacion.

Introducción

Un examen o prueba de evaluación es una prueba en la que se mide el nivel de conocimientos, aptitudes, habilidades o de unas capacidades físicas determinadas. Se usa como herramienta para determinar la idoneidad de alguien para la realización de una actividad o el aprovechamiento de unos estudios.

Puede ser realizado de forma oral (examen oral), en papel (examen escrito), con ordenador, en un entorno controlado o en un entorno abierto, en un período definido de tiempo bajo supervisión. Puede componerse de varias preguntas, cuestiones, ejercicios o tareas a realizar que tienen asignados unos valores en puntos.

Los exámenes pueden variar en estilo, rigor y requisitos previos. Por ejemplo, en una prueba de libro cerrado el tomador de la prueba a menudo debe usar la memoria para responder a temas específicos, y en una prueba de libro abierto el tomador de la prueba puede usar una o varias herramientas complementarias, como un libro de referencia o una calculadora para responder.

Un examen puede ser realizado de manera formal o informal. Un ejemplo de prueba informal sería una prueba de lectura realizada por un padre a un niño. Un ejemplo de una prueba formal sería un examen final administrado por un profesor en un aula. Las pruebas formales a menudo resultan en una calificación en las pruebas. La calificación de la prueba puede ser interpretada en relación a una norma o criterio. La norma puede ser establecida independientemente o por análisis estadístico de varios individuos.

Un examen rápido (quiz en inglés) usualmente tiene menos preguntas que un examen, ofrece preguntas de menor dificultad y se puede resolver en menos tiempo. Puede dividirse en varias secciones, cada una cubre un tema o tiene una forma diferente de preguntar sobre el mismo tema.

Un examen estandarizado compara los resultados individuales con una pauta. La pauta se establece independientemente o por análisis estadístico de un gran número de individuos.

Tipos de preguntas

Preguntas de opciones múltiples

Para una pregunta de opciones múltiples, el autor del examen proporciona varias respuestas (generalmente cuatro o cinco) para que seleccione el estudiante. Sólo hay una respuesta correcta, generalmente es solo una opción, aunque la respuesta correcta puede consistir en seleccionar dos o más opciones. Una pregunta de opciones múltiples se puede ver así:

Cuantos pronombres personales son:

a) 15
b) 3
c) 7
d) 10

Si después de producir una respuesta, el estudiante se da cuenta que su respuesta no es una opción, seguramente seguirá trabajando en esa pregunta hasta encontrar una de las opciones como respuesta. Si el estudiante no puede producir una respuesta permitida en el examen después de un tiempo desmesurado, es probable que sufra de ansiedad, lo cual puede llevarle a cometer otros errores que no representan su nivel de conocimiento.

Estas preguntas se usan casi siempre para evaluar el conocimiento basado en hechos. Por otro lado, las preguntas de opciones múltiples son muy fáciles de calificar. Han proliferado en los últimos años debido al desarrollo de máquinas que pueden calificar grandes cantidades de estas preguntas con un mínimo esfuerzo humano.

Preguntas abiertas

Las preguntas abiertas requieren que el estudiante escriba. La extensión de la respuesta escrita puede ser desde una palabra o expresión matemática, entonces la pregunta adquiere cualidades de las preguntas de opciones múltiples. Sin embargo, en los niveles superiores de educación, este tipo de preguntas requieren pensamiento más profundo y analítico. Las formas más difíciles de preguntas abiertas piden que el estudiante escriba un ensayo o composición original de una página o más, o una prueba científica o solución en las que, eventualmente, se necesite varias horas para ser solucionadas.

Las preguntas abiertas no son difíciles de escribir para el autor del examen, pero evaluarlas sí lo es. La calificación se puede basar en cualidades superficiales de la respuesta, tales como la presencia de términos importantes. Para el proceso adecuado de calificación es necesario leer las respuestas cuidadosamente y buscar la claridad y la lógica. El proceso de revisión es bastante cansado para el calificador, porque debe revisar un gran número de exámenes, especialmente porque generalmente él conoce el material a un nivel superior del que se espera que lo conozcan los estudiantes.

Trampas en las evaluaciones

Es frecuente que los evaluados recurran durante el examen a métodos no permitidos para aumentar su calificación; y que suelen ser castigados con la suspensión inmediata en caso de ser detectados. Los más frecuentes son:

– Copiar las respuestas que están dando otros, leyéndolas directamente de sus exámenes.
– Traerse las respuestas escritas en un apunte escondido, de tal forma que se pueda copiar de él. Existen muchas variantes, como escribirlas en un bolígrafo con la ayuda de un alfiler, escribirlas en la mesa, en la pared, en la memoria de la calculadora, del teléfono móvil, sobre la piel, regularmente en el brazo, etc. También hay quien recurre directamente al libro de texto o los apuntes de clase.
– Copiar las respuestas suavemente con el lápiz sobre el pupitre, utilizando abreviaturas y diferentes códigos entendidos por el alumno.
– Pedir a un compañero las respuestas. A esto se lo conoce popularmente como «chivar». Se puede hacer tanto hablando bajo como pasándose papeles con las respuestas.
– Cambiar el folio en blanco del examen por otro preparado previamente con las respuestas, lo que se conoce como «dar el cambiazo».
– Utilizar un código propio de comunicación con otro de los evaluados, para intercambiar respuestas. Estos códigos pueden basarse en golpes sobre la mesa, bostezos, gestos, movimientos del lápiz, etc..
– Enviar a alguien que conozca mucho mejor el temario del examen para que suplante al evaluado, haciéndose pasar por él.
– Utilizar un teléfono móvil (normalmente, usando auriculares) u otro medio electrónico de comunicación para que otra persona, fuera del lugar del examen, facilite las respuestas.
– Conseguir los enunciados de las preguntas del examen con antelación, de tal forma que se puedan preparar únicamente esas preguntas, o utilizar esta información para hacer más efectivos otros métodos (como el del cambiazo).

Resultados

Los exámenes tienen generalmente una calificación de 0 a 10, de 1 al 12 o de la L a la A dependiendo del centro educativo y el país. Existe una puntuación mínima para considerar que se ha superado la prueba, que en educación secundaria es generalmente 5.

En Chile, las calificaciones, con un decimal, son del 1,0 al 7,0 (según el Ministerio de Educación), desde el 1,0 hasta el 3,9 es calificación roja (reprobado) y desde el 4,0 hasta el 7,0 es calificación azul, o sea aprobado.

En Inglaterra y Estados Unidos, la calificación es de la A a la F, siendo A, B y C aprobado y D, E y F suspenso. Despúes, mediante el uso de + se obtiene un resultado más particular.
En la mayoría de las provincias argentinas, de 0 a 3 es aplazo, de 4 a 6 es desaprobado y de 7 a 10 es aprobado.

En España, de 0 a 4,9 es insuficiente, de 5 a 6,9 es suficiente, de 7 a 8,9 es notable, de 9 a 10 es sobresaliente.

Metaevaluacion

El término metaevaluación data de los años sesenta y fue acuñado por Michael Scriven. La metaevaluación ha sido y es comúnmente conceptualizada como aquella investigación sistemática cuyo objetivo es emitir un juicio acerca de la calidad, la relevancia, la pertinencia o los méritos de una evaluación. En este sentido, la evaluación se convierte en el objeto de estudio del metaevaluador (Stufflebeam, 1981; Scriven, 1967, 1991 citados en García, 2000). Por su parte, Santos (1998) plantea que la metaevaluación consiste en analizar el proceso de evaluación, es decir, evaluar la evaluación.

En este sentido, Rosales (1990) y Stufflebeam y Shinkfield (1987) coinciden al plantear que es necesaria una metaevaluación para poder atribuirle un valor a cualquier proceso de evaluación.

La importancia de la metaevaluación radica en que a través de ella puedan salir a la luz las posibles fallas, abusos, incongruencias, desajustes y problemas que se presentan durante la evaluación. Con esto se propicia una reflexión profunda que vaya más allá de confirmar si existe validez o no en el proceso, la calidad de los datos o la rigurosidad de los métodos que se han utilizado para obtener información.

El proceso de evaluación en cualquiera de sus vertientes, puede tener riesgos, deficiencias y un uso inadecuado. Por tal motivo, es imprescindible establecer criterios que permitan evaluar los mecanismos de evaluación (Santos, 1996). En este contexto, la metaevaluación funciona como la garantía de la calidad de la evaluación (Santos, 1998) y puede llevarse a cabo paralelamente a la evaluación, aunque también puede realizarse una vez finalizada ésta (Santos, 2000).

Fuente: Wikipedia.org