Umberto Eco, partiendo de las proposiciones básicas de Ferdinand de Saussure en materia lingüística y evaluando críticamente las aportaciones de lingüistas contemporáneos como Odgen y Richards, Pierce, Hjemsiev, etc., nos propone un método nuevo para la interpretación de los mensajes visuales. Eco, pues, desarrolla más ampliamente la semiología que fue prevista por Saussure como la disciplina que habría -de estudiar «la vida de los signos en el seno de la vida social», y esa a establecer en sus estudios la semiótica al ir más allá y precisar:
«no se trata sólo del estudio de los signos, pues en el sentido Saussuriano se dejarían fuera de este campo semiológico aspectos tales como la cibernética y la música, entre otros.
El campo específico de la semiótica está compuesto por todos los procesos culturales en los cuales se da un proceso de comunicación; es decir, por todas aquellas manifestaciones en las que están en juego agentes humanos que se ponen en contacto unos con otros sirviéndose de convenciones sociales. En efecto, si se observa la cultura desde un ángulo antropológico, se presentan dos clases de fenómenos: comunicativos, que constituyen el núcleo primario de toda relación social, y la fabricación y empleo de objeto de uso, por un lado; y el intercambio parental (entre parientes), por otro. Ambos son fenómenos constitutivos de toda cultura, al igual que el lenguaje. Por lo tanto, desde la perspectiva semiótica, toda cultura se ha de estudiar como un fenómeno de comunicación.
La semiótica pretende demostrar que, bajo los diversos procesos culturales hay sistemas constantes que permanecen ocultos. Esas constantes, en el caso de los medios de comunicación o mensajes, tienen características comunes que permanecen invisibles y se manifiestan de diferentes formas en el mensaje. Los sistemas constantes son equivalentes a las estructuras. Para Eco, la estructura
«es un modelo construido en virtud de operaciones simplificadoras que permiten unificar fenómenos diversos bajo un único punto de vista».
Sólo el sistema o forma de organización de la estructura cuyas partes fundamentales se diferencian entre si o se oponen por exclusiones binarias, hace comprensible y comunicable una situación originaria en la fuente, que de otra manera escaparía a nuestro control. Las unidades del sistema se diferencian y se reconocen por su posición en la estructura, por la manera en que se combinan unas con otras. Tanto las funciones como las propiedades de las unidades, son las mismas que existen en la tradición lingüística de Ferdinand de Saussure. Para él, la estructura es un sistema en el que el valor de cada uno de sus componentes se haya establecido o determinado por sus posiciones y diferencias dentro del mismo. Esta estructura sólo aparece cuando se comparan entre sí fenómenos diversos, reduciéndolos a un mismo sistema de relaciones. Su forma cambia a través de los personajes, objetos, objetos – personajes, situaciones, lugares, etc.
Independientemente de los cambios, la estructura tiene elementos que, aunque parezcan contradictorios, son iguales, permanentes e invariables, de tal manera que el todo del mensaje (radiofónico, televisivo, impreso, cinematográfico o de otra naturaleza), al tener un determinado orden, provocará diferencias y semejanzas que, cuando no aparecen, habrá que descubrirlas para encontrar, por este medio, el significado de la estructura.
Las unidades de análisis del mensaje pueden ser: todo el mensaje en cualquier medio (prensa, radio, cine, T. V., etc.), o las partes que lo integran: personajes, letras, encuadres, situaciones. Dichas partes adquirirán sentido por las relaciones que se establezcan entre ellas.
En la siguiente tira cómica encontramos cinco viñetas descritas por la imagen. Se lee de izquierda a derecha, como la lectura del periódico. Todas las viñetas tienen una coherencia lógica, y son a la vez independientes e interdependientes una de la otra. Por sí mismas o aisladas, cada una no significa nada, tienen significado sólo por relación de unas con otras.
Una estructura es, por ejemplo, el juego del ajedrez, que incluye desde las piezas que lo componen, hasta las reglas que lo rigen, el sistema binario funciona con base en dos; alternativas únicas.
Fuente: Modelos y Teorías de la Comunicación de la U de Londres