En muchas industrias la ordenación del proceso de fabricación está casi siempre determinada por consideraciones técnicas y sólo es posible modificarla cuando se construyen nuevas instalaciones. Así sucede en muchos procesos químicos, como la fabricación de fertilizantes, de productos químicos de base, de fibras sintéticas, etc. En otros la maquinaria es muy pesada y, una vez fija en su lugar de trabajo, es casi imposible trasladarla, como, por ejemplo, martinetes y grandes prensas.
Trasladar la maquinaria textil suele ser difícil y exige mucho tiempo. Por otra parte, es posible trasladar, sin muchos gastos ni molestias, la mayoría de las máquinas que se emplean en las industrias metalúrgicas del tipo medio, como tornos, taladradoras, fresadoras y otras máquinas similares. En muchas fábricas, las máquinas herramientas no están fijas y se cambian de situación con alguna frecuencia para formar líneas de producción cuando se emprende la fabricación de nuevos productos.
Es relativamente fácil cambiar la disposición de los talleres en las industrias ligeras, como las del vestido, montaje de aparatos de radio y fabricación de bolsas de papel. Sin embargo, cuando los cambios necesiten un trabajo de preparación considerable, la dirección y los ingenieros no harán nada si no están persuadidos de la importancia de las economías que han de obtener con el cambio.