Funciones de la glándula tiroides

La tiroides es una glándula neuroendocrina, situada justo debajo de la manzana de Adán junto al cartílago tiroides y sobre la tráquea. Pesa entre 15 y 30 gramos en el adulto, y está formada por dos lóbulos en forma de mariposa a ambos lados de la tráquea, ambos lóbulos unidos por el istmo. La glándula tiroides regula el metabolismo del cuerpo, es productora de proteínas y regula la sensibilidad del cuerpo a otras hormonas.

Fisiología

La tiroides participa en la producción de hormonas, especialmente tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). También puede producir (T4) inversa. Estas hormonas regulan el metabolismo basal y afectan el crecimiento y grado de funcionalidad de otros sistemas del organismo. El yodo es un componente esencial tanto para T3 como para T4. La tiroides también sintetiza la hormona calcitonina que juega un papel importante en la homeostasis del calcio. La tiroides es controlada por el hipotálamo y pituitaria. La unidad básica de la tiroides es el folículo, que esta constituido por células cuboidales que producen y rodean el coloide, cuyo componente fundamental es la tiroglobulina, la molécula precursora de las hormonas. La síntesis hormonal esta regulada enzimáticamente y precisa de un oligoelemento esencial, el yodo, que se obtiene en la dieta en forma de yoduro. El yodo se almacena en el coloide y se une con fragmentos de tiroglobulina para formar T3 o T4.

Cuando la concentración de yodo es superior a la ingesta requerida se inhibe la formación tanto T4 como de T3, un fenómeno llamado el efecto Wolff Chaikoff. La liberación de hormonas está dada por la concentración de T4 en sangre; cuando es baja en sangre se libera TSH, que promueve la endocitosis del coloide, su digestión por enzimas lisosómicas y la liberación de T4 y T3 a la circulación. Las hormonas circulan por la sangre unidas a proteínas, de la cual la más importante es la globulina transportadora de tiroxina.

Las hormonas tiroideas tienen efectos sobre casi todos los tejidos del organismo. Aumentan la termogénesis y el consumo de oxigeno, y son necesarias para la síntesis de muchas proteínas; de ahí que sean esenciales en los periodos de crecimiento y para la organogénesis del sistema nervioso central. También influyen sobre el metabolismo de los hidratos de carbono y de los lípidos. La T4 se convierte en T3 en los tejidos periféricos. La T4 constituye el 93% de las hormonas metabólicamente activas, y la T3 el 7%. La secreción de TSH esta regulada básicamente por la retroalimentación negativa que ejercen las hormonas tiroideas sobre la hipófisis, aunque también por factores hipotalámicos como la TRH.

Disponibilidad del yodo

El yodo se encuentra en la naturaleza especialmente en el agua y en el aire del mar, algas marinas, pescado, mariscos y algunos alimentos vegetales, como las espinacas y los berros. Pero no busquen unas tablas que le digan la cantidad de yodo que hay en los alimentos, porque el contenido en yodo de los alimentos vegetales varía muchísimo, no de un alimento a otro, sino de una región a otra. Esto hay que explicarlo. El yodo es un mineral y está en la tierra, en las rocas, en el suelo en general. Si en la tierra hay yodo, en lo que se produzca en ella, trigo, maíz, patatas, verduras, fruta, etc. habrá yodo; en la hierba habrá de los pastos habrá yodo y los animales ingieren yodo y su carne tiene yodo.

Pero si es una zona “pobre en yodo”, no habrá yodo en los alimentos, que se producen en esa zona, ni en la carne de los animales que se críen en esa zona y las personas que viven en esa zona, si comen alimentos de la zona tendrán una alimentación pobre en yodo. Por este motivo no se puede decir que un alimento tiene en su composición tanto o cuanto yodo, porque depende de la zona de que proceda el alimento. Si Vd. Esta leyendo este libro, no tiene que tener mucha preocupación, porque vive en una zona de un nivel económico aceptable, con alimentación variada, carnes de animales que se han criado con piensos equilibrados, etc., etc.

Pero en las zonas en que vive gente en régimen de “subsistencia”, es decir, que solo consumen lo que ellos producen, y quedan bastantes zonas de este tipo en el mundo, pueden tener una alimentación pobre en yodo y presentar problemas, que van desde el Bocio (aumento de tamaño del tiroides), hasta el Cretinismo, que es una forma de idiocia o subdesarrollo mental. Estas zonas pobres en yodo y en donde se produce Bocio, se llaman “Zonas de Endemia Bociosa”. En España tenemos zonas pobres en yodo y quizá la mejor estudiada es la de Las Alpujarras de Granada. En los Andes y en toda la zona del Altiplano hay también muy poco yodo.

La cantidad de yodo necesaria para el organismo es de 80 a 150 microgramos diarios y con una dieta variada no hay que tener preocupación por este problema, pero en el embarazo la necesidad de yodo es mayor, para que el feto pueda en su momento formar sus propias hormonas tiroideas y actualmente se recomienda que las embarazadas tomen un suplemento diario de 200 microgramos de yodo. Los ginecólogos/as conocen bien esta necesidad y generalmente recomiendan suplementos vitamínicos que contengan además esta cantidad de yodo. En las regiones costeras y en las zonas con una alimentación variada la cantidad de yodo que recibe el organismo en la alimentación supera las necesidades medias.

Pero, como indicábamos anteriormente, hay algunas zonas montañosas y del interior en la que la cantidad de yodo es baja y en estas condiciones puede haber problemas para la síntesis de las hormonas tiroideas. Como Vd. no tiene muchas posibilidades de saber si en la zona que vive el agua es rica en yodo o no, para evitar problemas lo más fácil es utilizar sistemáticamente en casa sal yodada que se encuentra en todos los mercados y en todos los países. No tiene ninguna contraindicación. Internet tiene muchas ventajas y muchos inconvenientes, a través de él se puede conseguir mucha información y se pueden propagar muchas tonterías. Una de ellas es que el yodo puede favorecer la aparición de una Tiroiditis; es rigurosamente falso. Sin embargo si en el embarazo hay problemas con el yodo podemos tener problemas serios con nuestro bebe. Voy a tratar de ese tema a fondo en el Capitulo de Tiroides y Embarazo.

Captación tiroidea del yodo

El yodo en general se absorbe por el intestino en forma de yodo inorgánico y el tiroides lo “atrapa” con mucha efectividad de la sangre. Es lo que se llama “Captación Tiroidea del Yodo”, que se usaba como prueba diagnostica allá en la década de 1960. Esta forma de diagnostico ya ha sido superada y no vale pena ni siquiera referirse a ella. Solo saber que en el Hipertiroidismo el mecanismo de captación es mas activo y en el hipotiroidismo la captación de yodo por el tiroides es mas baja.

Oxidación intratiroidea del yodo inorgánico

El yodo una vez que es atrapado por el tiroides se incorpora rápidamente a un aminoácido por un proceso de oxidación. En el organismo existen unas proteínas sencillas, aminoácidos esenciales, que son la base que utiliza para a partir de ellos construir otros elementos. No suponen problema, los fabrica el mismo organismo si tiene una base mínima de proteínas en la alimentación y proteínas hay en la carne, en el pescado, en los huevos, en las leguminosas, en muchos sitios. El aminoácido que es la base para la fabricación de las hormonas tiroideas es la tirosina (ojo Tirosina con «S», que no es la Tiroxina con «X», que será el producto final).

Para que el yodo se pueda unir a la tirosina es preciso que pase de yodo molecular (I-2) a yodo atómico ( I* + I* ) que es el yodo activo y para este proceso se requiere la presencia de un factor que se denomina Tiroperoxidasa (TPO). Sin la presencia de la TPO el yodo inorgánico no puede convertirse en yodo organificado y no puede formarse la hormona tiroidea. Hay niños con una alteración en la TPO, que aunque tengan una adecuada alimentación con yodo no pueden aprovecharlo y desarrollan un bocio e hipotiroidismo infantil. Es muy poco frecuente.

Como veremos al hablar de las Tiroiditis Inmunitarias, pueden producirse Anticuerpos anti-TPO que hacen que el tiroides no puede aprovechar el yodo y son los causantes de la mayor parte de los hipotiroidismos. Ya hablaremos de ello. El acoplamiento de una o dos moléculas de yodo a la Tirosina produce la Monoiodotirosina (T1) o Diiodotirosina (T2). La unión de dos moléculas de T2, dará origen a la Tiroxina (T4) con cuatro átomos de yodo y el de una molécula de T1 y otra de T2, formará la T3 o Triyodotironina. Todos estos elementos se combinan y se conjugan en un producto mas complejo que es la Tiroglobulina. (TGB). La Tiroglobulina es el autentico almacén de hormonas tiroides en el tiroides y a partir de ella, por hidrólisis, se formaran la T4 y la T3 que pasan a la sangre, como hormonas tiroideas.

Es importante conocer que el proceso de organificación del yodo se inhibe por los tiocianatos y percloratos. Y es precisamente en esta propiedad en la que se basa el tratamiento de los hipertiroidismos, ya que en estos casos lo que se pretende es bloquear la fase inicial de la síntesis de hormonas tiroideas. Nos referiremos a ello de forma mas detenida en el capitulo de Farmacología cuando hablemos del mecanismo de actuación de los fármacos antitiroideos.

Las hormonas tiroideas en sangre

En el tiroides esta almacenada la Tiroglobulina, pero no puede utilizarse y es mas, si en alguna ocasión pasa a la sangre el organismo no la reconoce y forma Anticuerpos Antitiroglobulina, que también están presentes y tienen participación en el proceso de Tiroiditis Inmunitaria. La tiroglobulina por un proceso de hidrólisis se fracciona básicamente en Tiroxina (T4) y Triyodotironina (T3) y estas son la autenticas hormonas tiroideas que pasan a la sangre. Decíamos que la Tiroxina (T4) tiene 4 átomos de yodo por molécula, la Triyodotironina tiene solamente 3 átomos (T3). La proporción de T3 es muy baja en relación con la T4, sin embargo la T3 es la molécula realmente activa. Pasan por tanto a la sangre la T4 y la T3 y estas moléculas, que son hormonalmente activas, no andan sueltas en la sangre, sino que utilizan en este caso un «transportador«.

Ambas se unen a una proteína específica que, para no complicarse mucho la vida, los investigadores han llamado «proteína transportadora de compuestos yodados» (PBI de las siglas en inglés). También en este caso la mayor parte de la T4 y la T3 circulan en sangre en su forma «ligada-a-la-proteína» y sólo en una proporción muy pequeña en su forma libre. Para indicar las hormonas T4 y T3 que circulan sin ligar, es decir, en su forma libre, las denominamos T4-Libre (T4L) y T3-Libre (T3L).

Esta fracción mínima constituye las auténticas hormonas activas. Recordemos, a partir de la T1 (MIT) y T2 (DIT) se forman la T4 y T3 que se almacenan en el Tiroides como Tiroglobulina, que según las necesidades se fracciona por hidrólisis en el propio tiroides liberándose T4 y T3. Estas circulan en sangre como T4 y T3 unidas a una proteína y sólo en una pequeña fracción como T4L y T3L. Durante mucho tiempo sólo hemos dispuesto de métodos para valorar la T4 y la T3 totales, y esto ya era un éxito, porque hasta que en la década de los 70 no se dispuso de las técnicas de radioinmunoanális (ya hablaremos de esto al comentar los métodos de estudio del tiroides), solo podíamos disponer de los valores de PBI, porque la cuantía en sangre de estas hormonas es muy baja (del orden de microgramos y nanogramos) y no teníamos métodos analíticos que afinaran tanto.

Pero la valoración de T4 y T3 mide la cantidad total de estas hormonas en sangre, tanto las ligadas como las libres, y nos interesan las formas activas. Hace aproximadamente unos 10 años se mejoraron las técnicas de inmunoanálisis y ahora podemos cuantificar también la T4 Libre de forma rutinaria y la T3 Libre.

Fuentes: wikipedia.org/ tiroides.net